Capítulo 4

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Había varios hombres cuidando el apartamento de Eleazar, especialmente dos estaban en la puerta del despacho por lo que, al verlo ir, abrieron de inmediato las puertas. Al entrar vio a un hombre sentado en uno de los sofás; su cara no demostraba tranquilidad, por lo que era fácil adivinar que estaba muy sorprendido.

—¡Cómo le va teniente! —saludó Eleazar con mucha amabilidad—. Perdone tanta movida, pero como entenderá debía tener cuidado ¿Lo trataron bien?

—¡Bustillo! —exclamó, de cierta forma se le vio más tranquilo—. No sabía que ahora se dedicaba a secuestrar.

—Claro que no teniente, esto es solamente para prevenir. ¿Un tequila?

—Gracias.

—Como verá tengo un favor que pedirle.

—Usted sabe perfectamente que no hago tratos con narcotraficantes.

—¿Ahora así nos llevamos? —sonrió—. Que yo recuerde no opinaba lo mismo antes.

—¿Qué es lo que quiere?

—Como ve volví, no sé cuánto tiempo vaya a estar por aquí, pero... necesito que me dejen el camino libre.

—No comprendo.

—¿Cómo que no teniente? ¡me extraña, usted siempre entiende a la perfección lo que deseo! Pero para ser más claro, necesito a los de narcóticos lejos.

—Yo no puedo hacer eso, sabe que no depende de mí. El área que yo controlo es otra.

—Usted es el director de la ciudad, teniente. Eso es importante. Además, ya me contaron que los tratos de Mouro los hace con usted.

—Usted comprenderá que es otra área.

—Eso lo sé perfectamente, no se preocupe. No vine por acá por negocios, más bien por amores, amores de la vida —sonrió nuevamente—. ¿Qué dice?

—Necesito pensarlo.

—Yo sé que sí, y justamente por eso quiero darle una motivación —dijo sacando un maletín—. Allí va a encontrar un millón de billetes verdes ¿Le parece suficiente? —preguntó con cierta seriedad.

—Igual no sé qué decir, como comprenderá Bustillo, lo último que quiero son problemas en la calle —respondió, se refería a el tal "Mouro" el narco que controlaba la ciudad prácticamente.

—No sé preocupe, ya me arreglé con él. Pero sabe, hiere mis sentimientos, ¿cómo por qué usted va a hacer diferencia? ¿Por qué Mouro está de su lado? Eso se me hace algo discriminativo —rio con picardía.

—¡Claro que no!

—Entonces ¿Qué le cuesta? Dígame que sí, vea que hasta un incentivo le estoy dando en vez de hacerlo por la mala, pero usted me conoce, sabe que esos tratos no me gustan.

—De acuerdo. Haré lo que pueda.

—No, no, no, eso no me sirve. Tiene que hacer todo, ¿comprende?

—Así será.

—Bueno pues, entonces vaya, llévese su dinero y aproveche a comprarle algo lindo a su esposa y a sus hijos.

Cuando el teniente se fue, Eleazar se quedó más tranquilo y feliz. El único inconveniente que podría tener ya lo había resuelto por lo que sabía que podía continuar con su plan principal: Emily.

Todos lo conocían como Bustillo por ser su apellido. La única persona que aceptaba lo tuteara era ella.

—Patrón, vea lo que le mandó su hermano —dijo Darío "lagarto", su mano derecha.

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