Capítulo 41

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Eran muchas las presiones que tenía Lagarto, no solamente por parte de Eleazar si no que también de Lizardo. Debía encargarse de conseguir bastantes hombres y así asegurar todo el perímetro aunque era difícilmente los encontrarán, sobre todo por una señal de bloqueo que los alejaba de las antenas y más. Incluso el GPS de los vehículos era inútil en aquella zona.

-¡¿En dónde está?! -se escuchan los gritos de Barbara, llevaba casi quince días inconsciente, y hasta ese momento había despertado.

Leo estaba con ella en la habitación pero no sabía ni qué responder.

-Te hice una pregunta, ¿En dónde está mi bebé? -preguntaba sin poder dejar de llorar.

-Lo perdimos Barbara -respondió él viéndola fijamente a los ojos.

El llanto de Barbara era inexplicable, lloraba como nunca se le había visto hacerlo.

-Lamento la situación pero aprovechando que le bella durmiente despertó necesito hablar con ella -agregó Eleazar entrando a la habitación seguido de Lizardo y Pájaro quienes llevaban armas en mano.

-¿Qué estás haciendo?
Leo atónito.

-Lo que me compete.

-Barbara no está en condiciones para esto -los señaló-, dame una semana más por favor.

-Perdón pero no estás en condiciones de pedir nada, mucho menos cuando siempre resulto ser yo el que de la cara por todos.

-Lo entiendo Pájaro, lo entiendo pero aún así, Barbara perdió a nuestro hijo; no está para interrogatorios.

-Si que lo está -respondió y en un leve forcejeo lo sacó del camino-, bien Barbara necesito saber si le hiciste honor al nombre y fuiste barbarita -sonrió con sarcasmo.

Barbara estaba muda, aún no salía del shock de que había perdido a su bebé.

-Lo siento por ti, pero no tengo el tiempo para dramas -volvió a agregar Eleazar.

Indiferente de lo que sucedía.

-¡Eleazar comprendo que esto sea importante, pero dale tiempo! -gritó Leo con enfado.

-¡Déjenme sola! -gritó Barbara.

Estaba sumergida en su dolor.

Por los gritos todos los demás alcanzaron a escuchar la discusión, aunque era Eleazar el único que no gritaba y mantenía su tono risueño por más molesto que estuviera.

-¿Qué pasa aquí? -preguntó Emily luego de entrar.

Se llevó una buena sorpresa al ver a Barbara despierta.

-No es asunto tuyo, perdón -respondió Eleazar con cierta sutileza.

-Lo siento pero esos gritos son por algo -insistió Emily, ante el llanto incontrolable de Barbara.

-Barbara recién despertó, se acaba de enterar que perdió al bebé y Pájaro quiere interrogarla sobre ya sabes que, pero ella no está lista aún-agregó Leo.

Estaba molesto.

-Eleazar, lamento estar de acuerdo con Leo pero creo que tiene razón, tan solo vela -la señaló.

-¿Y qué se supone que haga entonces? ¿Le doy un masaje, le consigo un consejero o le compro toallitas para los mocos? -preguntó con sarcasmo.

-¡Claro que no! Pero tampoco creo que responda algo así, en ese estado.

-Al parecer nadie aquí comprende que casi nos matan ¿entienden? ¡Casi nos matan, a todos!

-Lo comprendemos es solamente que tampoco podemos dejar de ser humanos.

Huracán ✔️Where stories live. Discover now