Capítulo 43

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Los nervios estaban de punta, había una sola cosa a la que Eleazar le temía y era justamente a perder a Emily por lo que de cierta forma le costaba hablar.

—¿Seguro que estás bien?

—Tú mamá no está en el extranjero —dijo.

—Tú dijiste que lo estaba, justo cuando llegué a tú hacienda se suponía que ibas a sacar a mi papá y a mi Emmet fuera también.

Emily estaba confundida.

—Lo sé, pero... está aquí en una hacienda llamada la Colina en las montañas. Y va a estar aquí en dos días aproximadamente.

—Eleazar no puedo creer que estés hablando enserio ¿Por qué no me lo dijiste? —Emily se veía molesta.

—Por seguridad, si te lo hubiera dicho, hubieses querido ir a verla o hablar con ella. Era algo muy riesgoso, jamás salió de tú casa por la infidelidad de tú papá fue por otro asunto.

—Entonces todo lo que me has dicho es mentira ¿Por qué Eleazar? No había necesidad de mentir, si me lo hubieras dicho lo hubiese entendido a la perfección.

—No creo que eso hubiera pasado.

—¿Por qué?

—Emily, Leo te dejó por un error. Ahora comprendes este mundo, antes no. Si yo te lo hubiera dicho la emoción y los lazos familiares te hubiesen ganado, no podía permitir eso.

—¿Y por qué me lo dices hasta ahora?

—Porque tengo la necesidad de hacerlo.

—¿No me lo pensabas decir? —preguntó dudosa.

Eleazar se quedó callado por unos segundos.

—Las cosas no son así.

—¿Y entonces? No me lo pensabas decir Eleazar, estamos hablando de mi madre.

Emily se exaltó un poco.

—Me gustaría que entendieras por qué sucedieron las cosas.

—Déjame asimilarlas porque me cuesta comprenderlas. Sabes, tienes razón, no creo comprender del todo este mundo. Pero tú no me lo pensabas decir, no se trata de lo peligroso se trata de que no me lo pensabas decir, ni en broma pasó en tú cabeza el decírmelo.

—Hay muchas cosas que no te he dicho Emily, pero quiero que comprendas que jamás lo he hecho para lastimarte —sus ojos se pusieron rojos.

—No, no Eleazar. Perdóname tú, es sólo que me impresionó la noticia de mi madre —lo abrazó.

Si algo tenía claro y era que no quería pelear con él.

—Seré completamente sincera, no comprendo por qué lo hiciste, pero confío en ti, confío que me casé con un buen tipo, que me ama y jamás me lastimaría.

Eran muchas cosas más que debía decir Eleazar, pero no tuvo el valor de hacerlo; sobre todo porque a Mariza tampoco se las había dicho, ella no tenía ni la menor idea de que se había casado con Emily.

—Patrón, perdone que lo moleste, pero debemos de ver lo otro —dijo Lagarto, desde el otro lado de la puerta.

—¿Lo otro? —preguntó Emily.

—Barbara —respondió con seriedad—, la descubrí con un Beeper pasando información a Gavilán.

—¿Leonardo ya lo sabe?

—No, pero pronto lo sabrá —agregó, y luego de darle un beso salió del despacho, Emily fue con él.

Los Burgo estaban en la habitación de Lara, don Flavio estaba prácticamente conociendo a su nuera como debía, solamente la vio una vez antes de que tuviera que huir. Y a pesar de lo rudo y el semblante serio que lo caracterizaba, no podía evitar sentirse emocionado por su pronto nieto, o nieta.

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