Capítulo 8

2K 202 38
                                    


El segundo día de carreras se había llegado. Lara era la primera por lo que le había pedido a Tony que le diera una ultima revisada al auto para evitar errores, todos sabían que no podían darse el lujo de perder si quiera una carrera, ya que cuatro del día anterior habían resultado en fracaso.

—Tranquilo, ganaremos —decía Lara abrazando a Layo.

—Lo sé, no es eso lo que me preocupa.

—¿Y entonces?

—Leo.

—¿Por qué te preocupa?

—Conozco a mi hermano Lara, lo conozco perfectamente y estoy seguro que la chica de la ciudad no es solamente un juego.

—Cuando regrese Barbara se le pasará.

—Ambos sabemos que Leo no está enamorado de ella, y ese también puede ser un problema.

—No creo que Leo se tan cerdo, como para además de estarla engañando ahora que está lejos, vaya a querer cuando vuelva seguir como si nada con la mujer que está lejos buscando la forma de no solamente ayudar al grupo si no que, a ti, y a él.

—Lo mismo pasó cuando conoció a Berta, y ya ves lo que pasó.

—Pero en ese tiempo Barbara aún no aparecía. Yo tengo confianza en que todo se solucionará cuando ella vuelva.

—Y si no pasa eso y Leo sigue buscándola. Mouro se va a dar cuenta en algún momento.

—Layo, igual Leo ya es grande, tú no puedes estarlo cuidando siempre.

—Se lo prometí a mi papá.

—Sí, estoy consciente de eso, pero no puedes hacer nada, además "pajaro" nos está cuidando la espalda. Sabes que está de nuestro lado, y llevamos en el edificio casi un año y no nos ha notado, dudo que lo haga.

—Va a terminar dándose cuenta en dónde estamos si Leo sigue viendo a esa chica. Eso es lo que me preocupa, si Mouro se da cuenta que seguimos allí, ni siquiera pájaro va a poder seguirnos cuidando la espalda, porque a él mismo lo meten preso.

—Lo ideal por el momento entonces, es seguir con el plan.

—Es que ese es el detalle, si Mouro nota primero que estamos cerca, ni siquiera el plan se va a poder llevar a cabo, y tendremos que vivir como hasta ahora, escondiéndonos como si fuéramos delincuentes.

—Para mí no es problema, personalmente he estado pensado en un plan b.

—¿Cuál?

—Seguir compitiendo en las carreras, va a llegar el momento en donde tengamos suficiente dinero para podernos ir muy lejos, y Mouro nunca nos encuentre.

—Eso suena bien —sonrió Layo y la besó.

Su mayor preocupación era esa. Layo quería a Lara, y no deseaba seguir viviendo como lo estaban haciendo, no siempre habían sido delincuentes y no consideraba que lo fueran, aunque hubieran estado arrestados ya dos veces cada uno.

Sabía que su peor enemigo, Mouro, era peligroso, y por esa parte también le preocupaba la sonrisa de su hermano. Le preocupaba que se estuviera enamorando de la chica de la ciudad, y eso les diera más problemas de los que ya tenían.

Cuando se llegó el momento en el que Lara compitiera, todos estuvieron atentos. Layo era el primero en sonreír de orgullo al ver que ella había ganado, sobre todo cuando los otros nueve competidores eran hombres.

En el turno de Tony y Brayan pasó lo mismo, también ganaron. Y de igual manera en las otras dos, cosa que prácticamente ellos mismo ya sabían, aunque los demás competidores intentaron hacerse a la idea de que tenían oportunidad, pero no.

Huracán ✔️Where stories live. Discover now