Huracán ✔️

Capítulo 18

Emily había ido por un momento a lavarse un poco, después del ejercicio con Barbara había quedado algo sucia. En ella, eso era inaceptable, por lo que lo primero que necesitó fue un poco de agua y jabón.

—Creo que mi prima se pasó contigo —comentó Neco acercándose.

—¿Tú crees? Al menos no estoy sangrando.

—Eso es cierto.

—Conforme el tiempo aprenderás verás.

—No estoy muy segura de eso.

—¿Qué te parece si te muestro algo de lo que sé?

—¿Tú también quieres darme una paliza?

—¡Claro que no! Pero... ya viste a Barbara, ¿Quién crees que le enseñó?

—Eso suena algo interesante.

—¿Qué dices?

—Está bien, eso sí. No seas tan rudo como ella.

—Esa es la idea; aunque Em, debes comprender que Barbara en una cosa tiene razón, y quizás era en lo que pensaba.

—¿Qué cosa?

—Que ninguno que se enfrente contigo va a querer acariciarte con su puño.

—He estado pensando en eso.

Neco llevó a Emily a la parte trasera del edificio para que se les hiciera más fácil practicar, que nadie estuviera viendo, le daba más confianza a Em, y por lo mismo era de cierta forma, menos complicado el que aprendiera.

—Puedo saber ¿Por qué haces esto?

—Me agradas.

—¿Hablas enserio? Lo digo porque a tú prima es claro que no.

—Es algo difícil para ella.

—¿Por Leo?

—Y por otras cosas.

—¿A qué te refieres?

—Su papá murió por esto, que tú estés aquí, la hace pensar que somos más vulnerables.

—Y tu ¿Qué piensas?

—Somos vulnerables siempre, pero tenemos la fuerza para defendernos. Siempre ha sido así.

Ambos hablaban mientras Neco le mostraba algunos movimientos.

—No olvides girar tú cadera, eso te permitirá tener más agilidad —mencionaba.

—Nunca pensé que haría esto.

Neco solamente sonrió.

Justo en eso Leo se acercó, estaba buscando a Emily para hablar con ella.

—¿Qué hacen?

—Neco me está enseñando algo que Barbara no me enseñó, antes de golpearme —respondió Emily.

Lucía lago relajada.

—Necesito hablar contigo.

—De acuerdo. Gracias por todo Neco.

Él solamente acentuó la cabeza, le fue fácil percatarse de que, a Leonardo, no le hizo ninguna gracia verlo con Emily.

—¿Qué sucede?

—Tengo que ir a la ciudad.

—¿Para qué o qué?

—Pensé en no decírtelo, pero igual vas a enterarte, así que...