#Hashtag - Una historia Caché

Rockstar

Sentí que el sol mañanero lastimaba mis ojos mientras un par de labios recorrían mi rostro dejando ligeros besos, podía sentir el ligero peso de su cuerpo sobre mi sabía que era ella quise hacerme la dormida solo para disfrutar de sus besos un ratito más.

— hermosa— susurró en mi mejilla, lo cual me hizo sonreír — tienes que despertar.

— me podría acostumbrar a despertar así — dije somnolienta.

Abrí ligeramente los ojos para encontrarme con sus ojos verdes mirándome fijamente, era la mejor manera de despertar y quería que el resto de mi vida lo primero que viera al despertar sean esos ojos verdes tan llenos de vida.

Se acercó un poco para querer besar mis labios, pero inmediatamente puse mi mano sobre ellos negándome.

— aliento matutino — dije con la boca tapada con mi mano— es horrible, antihigiénico y no es sexy.

Vi como sonreía y se bajaba de mi negando con la cabeza.

— Daniela Calle a veces eres tan gomela, diva, caprichosa, fastidiosa que me es imposible no... — se calló de repente sin terminar su frase se levantó de la cama y se dirigió a la ventana de la habitación.

No le tomé importancia a esa acción, salí de la cama directo al baño para hacer chichi, lavarme la cara y los dientes, vi que había un cepillo de dientes extra usado recientemente entre mis cosas, me quede observando y por un instante pensé en todo lo que un cepillo de dientes significaba, imaginé una casa con una habitación principal con una bonita vista al mar tal vez, un baño en esa habitación con dos lavabos uno para ella y otro para mí, dos habitaciones más para los niños, en la cochera una mamában donde poche llevaría a los niños a la escuela y donde tal vez yo los llevaría a sus clases de baile y música o a sus partidos de futbol, vacaciones de 4 de julio en la casa del lago, aniversarios de bodas y viajes familiares con ella a mi lado, era un bonito futuro, pero un futuro imposible.

Tal vez ella también se imaginaba ese futuro solo que no despertaba conmigo si no con Mario. Salí del baño sacando ese pensamiento de mi cabeza y la encontré recargada en el barandal del balcón mirando al horizonte, tenia sus piernas desnudas esas piernas que me volvían loca y consideraba la mejor parte de todo su perfecto cuerpo.

Me acerqué lentamente hasta ella y la abracé desde atrás por la cintura, al sentirme se asustó un poco, pero después de recargó en mí y atrapó mis manos con las suyas.

— ¿Qué harás hoy después del concierto? — preguntó

— no lo sé, regularmente vamos a cenar y esperamos a que se me baje la adrenalina para irnos a descansar — comenté ya que a Lucy no le gustaba que fuéramos de fiesta o algo así, me había advertido hace días que en esta gira no quería fiestas ni sorpresas.

— crees que pueda robarte un par de horas después del concierto, ¿quiero mostrarte algo? — preguntó girándose para quedar frente a mi rodeando con sus brazos mi cuello mientras mis manos seguían en su cintura.

— romperíamos con todas las reglas de Lucy para la gira y probablemente renunciaría a ser mi manager, pero siendo por ti haría lo que fuera — dije sonriendo.

— tendrías que conseguir un coche y conducir tú, porque yo no se hacerlo—

— yo me encargo de eso — dije acercándome un poco mas a ella para besar la punta de su nariz.

Me miro a los ojos con una sonrisa y vi un brillo en su mirada que no había visto anteriormente, bajo la mirada a mis labios y me dio un tierno beso en ellos, beso que se volvió más profundo. Continuamos besándonos unos minutos más, ambas disfrutando de un simple beso a la luz del sol de Bogotá, sentir sus labios sobre los míos y ver cómo era capaz de perderse en mi y yo en ella me llenaba el alma, esta chica se estaba robando mi corazón y yo se lo estaba dejando en bandeja de plata.