El Rechazo Duele ✔️ [Padecientes #1]

🥀Capitulo XIII: El favor🥀

FEDERICO GARIBALDI

¿Qué es peor que dañar a tu mejor amiga, tu confidente y tu eterna enamorada?

¿Que? ¿Creyeron que no me había dado cuenta?

¿Creían que no escuchaba como suspiraba como si contuviera la respiración?

¿Cómo se mordía el labio mientras me escaneaba descaradamente mi torso superior?

¿Todas las veces que apartaba la mirada mientras sus mejillas se tornaban rojo carmesí?

Si, las he notado todas las señales en los últimos cuatro años.

Al principio lo atribuía a la timidez temprana de la adolescencia porque seamos honestos, cuando entramos en la adolescencia, nuestra mente es un caos y solo pide a gritos un poco de paz, como también otras cosas no tan lumínicas.

Ahora bien, yo pensé que seria temporal pero con el pasar del tiempo mis sospechas se confirmaron tanto que yo mismo me enrede en sus sentimientos.

No era su culpa, ella estaba tan cerca que era inevitable que pasara.

Eso sonó presumido de tu parte, Garibaldi.

Volviendo a la cuestión, lo peor de haberle hecho un daño irreparable, es saber que soy el responsable de su sufrimiento:

El crimen y el culpable.

La enfermedad y el virus.

El dolor y el padeciente.

Y toda asociación negativa al respecto me siento identificado desde lo mas profundo de mi corazón y merezco que hasta mi mejor amigo me haga la ley del hielo, luego de hospedarme el fin de semana a regañadientes porque era el único que tenia auto y Fred's estaba a 7 kilómetros de mi casa como para dejarme ir caminado.

En el fondo, ambos sabemos que fue por Storm que entraste en ese auto bajo la posibilidad de que nos mataría en un "accidente".

¿Por que Storm dijo eso?

¿Por que me calle?

¿Por que dejé que creyera algo que no es?

Querías hacer el bien haciendo el mal pero te salió fatal.

Ese sábado que había planeado nuestra partida de videojuegos era para comentarle del plan, hacerla cómplice de esto como de todas las anteriores pero lo que ella desconocía era que iba a ser la ultima conquista, Storm iba a ser la ultima conquista sin ánimos de ir enserio porque había llegado el momento que Elena tanto tiempo esperó.

Por primera vez, me sentía listo.

Listo para corresponderle el sentimiento.

Listo para probar sus labios.

Listo para decirle "Mia".

Y de ahí, rumbo al altar.

Pero como casi todo en mi vida, toda ilusión que me hacia de verla aguantando un poquito mas para finalmente cumplir sus sueños y fantasías se desplomo como un luchador de sumo al caer de un trampolín hacia una piscina a 10 metros de altura, cuando Storm apareció en nuestra mesa.

La cagaste en otras palabras.

¿Disculpa? ¿Quién tuvo la idea de que encamarse con la némesis de Delfina fuera una buena acción para hacer ganar a Jennifer el festival de invierno?

Tuya.

¡¿Que?! ¡Yo jamás...!

Pero lo hiciste una... como varias veces y para variar, delante la chica que te juraba amor eterno, ser tu esposa fiel y seguramente hasta como se llamarían nuestros hijos.