El Rechazo Duele ✔️ [Padecientes #1]

🥀 Capitulo XXXIX: Asunto Pendiente 🥀

FEDERICO GARIBALDI

-¡Oye! Tardaste siglos, Rico.

¿Cuando llegara el día que dejara de llamarme así?

El día que vea un ser humano más glorifico que tú.

O sea nunca.

Aprende a vivir con el regalo de consuelo, Julliard. No a todos se les concede belleza natural a cambio del letargo congénito.

¿Y qué me dices del nivel de nuestro coeficiente intelectual, señor sabelotodo?

Que si hubiera sido otro el que controlara tu mente, ese coeficiente habría sido un desastre más grande que el Big Bang.

A pesar de las jaquecas que me genera que viva dentro de mi mente, rememorando todas y cada una de mis malas decisiones, una parte de mi estaría incompleta sin el señor sabelotodo. Sin él, los desastres me llevarían a un abismo sin retorno.

-Tuve un problema con una de las llantas.

No era mentira que tuve un problema con una de las llantas, por más que Cyrus tome la posición desafiante, la rueda de repuesto era la prueba de mi tardanza.

Solo estás omitiendo la parte que estabas entre las piernas de tu vecina en el asiento del conductor.

En estas semanas, hemos estado experimentando en distintas posiciones y lugares, algunos sugeridos de mi parte y otros, sorpresivamente, de la suya, dejándome sin aliento ante su predisposición temeraria ante los confines de la sexualidad naciente. Si su presencia, su intelecto y su sencillez solían dejarme anonadado, mi área de Wernicke necesita su cercanía para recordar su función original, ya que Elena ha paralizado mi sistema motriz, convirtiéndome en un muñeco de trapo, sin columna vertebral, órganos y tejidos, me ha dejado como un robot que sin sus baterías no puede funcionar.

¡Y vaya que las baterías que necesito para funcionar!

Creía saber todas las matices del universo sexual a través de mis investigaciones de lustro. Sin embargo, haciendo las cosas más básicas y cotidianas respecto a la sexo, la sensación es similar a la inserción a la sexualidad, dónde la incertidumbre y el entusiasmo se combinan en una formula que brinda aquella dosis de adrenalina perdida en el tiempo. Es volver en el tiempo y recordar la primera vez que te subes a una montaña rusa y te preguntás si vas a regurgitar o vas a gritar de la emoción o del miedo; o la primera vez que conduces un auto y no sabes cuál es el embrague o cuál es el acelerador, pero estás ansioso de poder salir por tu cuenta; o recibes tu primer salario de tu primer empleo, donde te debates si gastarlo en la lista interminable de cosas materiales que capaz no necesitas pero como es tu dinero, haces lo que quieras con él o guardarlo para un proyecto o una emergencia en el futuro.

Elena ha capatulado cada parte de mi, como un vórtice en el cosmos de mi universo, arrasando con todo lo que era, tomándolas como suyas las cenizas y convirtiéndolas en algo maravilloso, creando en mi un nuevo universo donde ella tiene el control y la libertad de hacer conmigo lo que quiera.

-Tierra llamando a Garibaldi.- vociferó Cyrus imitando un walkie talkie con su mano, sacándome de mis pensamientos. -Parece que la llanta pinchada te tiene mal.

Deja que crea que te tiene mal un arreglo básico y vámonos de aquí, Garibaldi.

Ignoro su comentario, haciendo un ademán hacia el Jeep, implorando que deje el tema pasar por lo que será nuestra ruta.

Eso fue muy optimista de tu parte, pero también muy estupido, Julliard.

Ni bien nos adentramos en la carretera, abandonado la zona de mansiones, percibí su posición pensante y casi pierdo la concentración al volante por sus palabras.