Cap. 11 - Lago en el cielo

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Narra: Adriana

Al día siguiente, me había levantado de mi cama a eso de las 7am, obviamente tenía que ir a la facultad aunque ya era viernes gracias al cielo.

Mi mamá no estaba, ya que se iba muy temprano a su trabajo y hoy se le habían terminado las vacaciones de un par de días que le habían dado. Eso realmente me bajoneaba un poco ya que era mi única amiga y confidente, aparte de Fer. Pero claro, a Fer no la veo inmediatamente desde que me levanto de mi cama.

Y bueno, Valentín. Era otro caso. ¿Se podía confiar en él? Posiblemente no. ¿Y el por qué? La repuesta es que el no piensa las cosas cuándo las hace. Es bastante Impulsivo, y muchas cosas le he dicho y le he especificado que no le diga a mamá y cuando él y yo nos enojamos le va y le cuenta el chisme. Eso me desagrada bastante.

Pero bueno, cambiando de tema. Mi hermano hoy no tenía clases, o eso me dijo, para después quedarse en su cama todo el día. Y en eso aproveché para bajar y llamar a Gustavo para que fuera por mi e irnos juntos.

El timbre del teléfono sonó.

- ¿Hola? - Escuché su voz y sonreí. Se escuchaban voces de fondo que le decían a Gus que se apurara o iba a llegar tarde.

- Gustavo, soy Adriana. - Respondí y escuché un tartamudeo del otro lado.

- Adriana, ¿Que tal? ¿Todo bien? -

- Sí, todo bien, bueno, mirá, mi hermano no va ir al colegio. Y quería saber si podías venir a buscarme e irnos juntos a la facu. - Dije con rapidez.

- Ehh, sí, sí, claro, te voy a buscar a tu casa y ya nos vamos. - Escuché un "¿A quién vas a buscar?" de parte de Laura o eso creo, alcance a escuchar que Gustavo le dijo "es Adriana".

Nos despedimos en ese instante y bueno, yo ya estaba lista, simplemente faltaba que él llegara y ya irnos. Yo lo estaba esperando afuera de la casa, para que no tocara la puerta y que no saliera Valentín.

Divisé una silueta que era la de Gustavo, me levanté rápidamente y corrí hasta sus brazos para darle un abrazo, del cual casi nos caemos.

- ¿Me extrañaste? Porqué eso parece - Dijo Gustavo mientras sonreía como un niño.

- Sí, la verdad, sí. - Respondí mientras lo seguía envolviendo en mis brazos.

- Tenemos que irnos, sino, llegaremos tarde. - Me dijo Gustavo y nos separamos para caminar hacia la facultad.

El camino fue bastante bobo, jugábamos, nos abrazamos, cantamos algunas canciones y la gente nos quedaba mirando como si fuéramos unos raritos.

- ¿Y sí no vamos a la facultad? - Gustavo propuso con una sonrisa en su rostro, pero esa sonrisa era diferente a las demás.

Lo quedé mirando un momento, pensando en las posibilidades que se lo podían cruzar por la cabeza. Evidentemente no llegué a ninguna conclusión y simplemente deje que él me sorprendiera cómo siempre lo hace. Quizás con el tiempo aprenda a leerlo más, Gustavo no es una persona fácil de adivinar lo que piensa. Es como un kamikaze. Hace las cosas a lo loco. Un tanto imprudente.

- Pero ¿A dónde vamos? - Pregunté y el solo negó con la cabeza.

- Es una sorpresa, si te digo, ya no sería sorpresa. - Me dijo y caminamos cambiando de dirección.

- ¿Vos decís? - Lo miré con incredulidad y el solo rió.

- Bueno, es una sorpresa, yo digo que mejor no te digo. - Esbozo una sonrisa y yo rodé los ojos.

- Gustavo Adrián Cerati, - Lo señalé con mi dedo índice - Si me haces una broma de mal gusto, no te voy a hablar en días. - Advertí, y él solo me miró confundido.

- Nada que ver, no es nada malo para ninguno de los dos. - Seguimos caminando por un pequeño parque que era muy lindo, y cambiamos de tema. Hasta que él me puso las dos manos en los ojos.

- No, no, no, pará Gustavo. - Intenté sacarle las manos de mis ojos pero no resultó.

- Nena, no te voy a aventar de un precipicio. Vos tranquila. - Aseguró, pero algo en su tono de voz no me hizo bajar la guardia todavía.

Respiré hondo y me calmé. Gustavo pudo notarlo ya que su cuerpo ya no estaba tenso. Nos detuvimos en un lugar donde se sentía bastante fresco, una brisa de aire y eso me relajo mucho.

- Bueno, ya podés abrir los ojos. - Me dijo y yo asentí.

- Y para eso tenés que quitar las manos, Gustavo - Respondí y el rápidamente las quitó. Gustavo rió levemente y me pidió disculpas.

Abría mis ojos lentamente, adaptándome a la luz del lugar. Cuando finalmente me adapté me dí cuenta que estábamos en un lago. Era muy hermoso, tenía una vista preciosa. El lago era algo grande, y la vista era majestuosa.

Sonreí con asombro.

- ¿Es lindo no? - Gustavo me preguntó y me abrazó por la cintura.

- Bastante lindo - Agregué aún embobada mirando el lago. - ¿Cómo se llama el lago? ¿No sabes? - Pregunté, ya estando un poco más en la tierra.

- Lago en el cielo - Gustavo habló y yo lo miré con confusión.

- ¿Lago en el cielo? - Levanté las cejas y el sonrió.

- Bueno, así no se llama, le puse ese nombre por el paisaje. Aparte, el nombre queda lindo ¿No? - Gustavo explicó y se sentó a mi lado en el pasto, yo hice lo mismo.

- Muy ingenioso. - Respondí ahora mirando a Gustavo. Ver su rostro de perfil me hacía pensar que era un ángel caído del cielo. O más bien un ángel eléctrico. No sé, bastantes cosas me hace sentir Gustavo que con palabras no puedo explicar.

Permanecimos así por un largo rato, que simplemente no dijimos absolutamente nada, solo estábamos disfrutando el paisaje y la compañía más que nada. Me daba mucha tranquilidad estar con él y más en un lugar tan hermoso y especial como lo es Gustavo.

- Yo solía venir aquí. Venía solo, cuando quería despejarme. - Me confesó Gustavo. Eso quería decir que me estaba mostrando un lugar especial para él. Me daba mucha ternura. Me lo quería comer a besos.

Yo le sonreí como boba, y él unió nuestros labios en un beso, que realmente decía mucho de él, podía sentir su amor y su cariño en ese beso.

- ¿Te parece si nos vamos ya? - Gustavo me preguntó sin separarse mucho de mí. A lo que yo asentí.

No teníamos un lugar fijo a dónde ir, yo me estaba dejando llevar por Gustavo que parecía tener todo controlado, y yo confío en él.

- ¿Querés ir a mi casa? - Gustavo me preguntó y yo dude por un momento. Pero accedí.

- ¿No me vas a violar verdad? - Pregunté divertida haciéndonos reír.

- No, a menos que tú quieras - Me miró con picardía.

- No, basta. - Le di un leve empujón en modo de juego.

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HOLAAAA este cap lo llevo escribiendo desde ayer en la tarde jajsjaj pero no lo terminé y no lo pude publicar hasta hoy. 

Nos leemos luego xd

Atte: Alejandra 🧸

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