Cap. 15 - Uno en un millón

66 8 0
                                    

Adriana

- ¡Adri! Levántate tenés que ir a la escuela. - Mi mamá llamó a mi puerta después de dar algunos golpes.

Abrí los ojos de golpe y sentí un brazo que me rodeaba. Me quedé inmóvil, Gustavo se había quedado dormido junto conmigo.

- Adriana ¿estás despierta? - Mi mamá volvio a llamar después de no obtener respuesta alguna. - Voy a pasar, entonces. -

Inmediatamente respondí

- No, no, ya voy. No entres, es que vomité en mi cama..... - Esa excusa fue terrible. Lo admitiré.

- Bueno, ¿Estás bien? - Mi mamá preguntó y ahí aproveché para decir.

- No má, me siento mal, ¿Puedo faltar a la facultad? - Recé por dentro a qué me dijera que si.

- Bueno, pero te llevaré al médico mañana. - Mi mamá se fue y yo agradecí internamente.

Ahora me faltaba librarme de Gustavo. Si mi hermano o mi mamá lo veían aquí, me mataban a mi o lo mataban a él.

Moví un poco a Gustavo para que se levantará, pero solo soltó un quejido.

- Gus, Gus, levantate. - Susurré sin ser demasiado brusca.

- No, déjame dormir un poco más. - Pidió como niño chiquito.

- No, Gustavo, casi me descubren con vos acá adentro de mi pieza. - Susurré de nuevo. Y él abrió los ojos lentamente.

Gustavo tenía una cara de sueño terrible. Parecía un zombi, después de unos segundos, se levantó en su lugar.

- ¿Que hora es? - Preguntó con la voz ronca por el sueño.

- No sé, cómo las siete y algo. - Respondí y Gustavo levantó las cejas con sorpresa.

- Me gusto dormir con vos. - Susurró y sonrió con ternura.

- A mi también, pero mi mamá casi se entera que estás acá. - Respondí y el sonrió con diversión.

- Hubiera sido re gracioso eso - Río largamente.

- No, no hubiera sido re gracioso. Nos matan. - Mi mente pensó en una cosa en ese momento exacto. La familia de Gustavo. - ¿Tu mamá no estará preocupada? ¿O tus hermanas? - Gustavo dejo de reír y se quedó serio pensando.

- ¿A qué hora se va tu hermano? - Me preguntó y yo pensé un poco. Mirando mi reloj de la mesita de noche.

- Cómo en 10 minutos. - Respondí y miré a Gustavo.

- Cuando se vaya tu hermano, marcó a mi casa y les aviso que estaré aquí. - Respondió con completa normalidad.

- ¿Te pensás quedar acá? - Lo miré sorprendida. - ¿Con permiso de quién o qué? - Me crucé de brazos.

- ¿No me querés acá con vos? - Hizo un puchero de nuevo. - Sos mala. - Negó levemente. - Por cierto ¿Vos no irás a la facultad? - Preguntó y yo negué.

- No, le dije a mi mamá que "me sentía enferma" y le dije que iba a faltar. - Hice comillas en el aire y continúe. - Eso fue cuando vos estabas re dormido y mi mamá casi entra a mi pieza. - Gustavo bufó y después río.

- ¿Ya se habrá ido tu hermano? - Después de unos segundos me cuestionó.

- No sé, voy a ver. - Dije y me levanté de mi cama. - Escondete, por si acaso. - Gus asintió y lo hizo.

Revisé su habitación y no estaba ahí. Bajé a la planta baja y tampoco estaba, entonces supuse que ya se había ido. Mi mamá tampoco estaba. No quería estar tan confiada, así que revisé toda mi casa y no encontré a ninguno de los dos.

Volví a subir y le dije a Gustavo que saliera. Ya que no estaban, ni mi hermano ni mi mamá.

- ¿En serio no hay nadie? - Desconfío de mi un momento.

- Que no, ¿Por qué te diría mentiras? cuando lo que no quiero es que te vean. - Él salió de su escondite y bajo lentamente junto conmigo.

- Voy a usar el teléfono para marcar a mi casa. - Asentí y el desapareció de mi vista.

Aproveché el tiempo para preparar algo de desayuno para los dos. Podía escuchar como Gustavo hablaba por teléfono y realmente esperé que no lo hayan regañado por qué se había quedado dormido en mi casa.

- ¿Que te dijeron? ¿Te regañaron? ¿Ya te tenés que ir? - Pregunté de golpe y Gustavo se rió.

- No, no, todo bien. Mi mamá se preocupó un poquito nada más. - Se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la parte de arriba en mi cabeza.

- Sos de lo mejor. - Me abrazo fuerte y casi me deja sin aire.

Yo le correspondí el abrazo con casi la misma fuerza, o eso intenté al menos.

Desayunamos después de unos segundos, y no hablamos de nada importante. Simplemente nos estábamos distrayendonos. Me gusta mucho pasar el tiempo con él, siempre me hace reír mucho.

Después de terminar de desayunar nos aburrimos bastante y acordamos ver la televisión, aunque sea solo para entretenernos.

- Bueno, nos hay nada ¿O sí? - Gustavo habló y yo me levanté de hombros.

- Yo me aburro. - Bostece y el miró hacía otro lado pensando en que más podíamos hacer.

- ¿Dormimos de nuevo? - Me preguntó y me convenció, así que acepté.

Nos subimos a mi habitación y salté directamente a mi cama, me dejé caer y Gustavo hizo lo mismo.

Me cobije rápidamente y Gustavo me miraba con diversión.

- Pareces niña chiquita. - Me dijo y después río divertido.

- Y bueno, tengo sueño, amo dormir. - Respondí y me recosté completamente.

Palmeé al lado de mi. Para que Gustavo se acostará conmigo.

- Dale, vos también, vení. - Hice una seña con mi mano.

Gustavo aceptó y se acostó junto a mi. No me dijo nada, pero parecía disfrutar del momento. Estábamos muy cómodos.

- Ahora ya se fue el sueño. Ya no tengo sueño. - Hablé y reí levemente.

Gustavo me miró como si yo estuviera bromeando. Cosa que no era así. Yo realmente lo dije en serio.

- ¿Me hiciste acostarme para nada? - Me preguntó aún sin creerlo.

- Bueno, tampoco es para tanto. A parte ¿Que otra cosa puedo hacer?. - Ambos sonreímos.








🦭🦭🦭

HOLAAA acá les traje otro cap, bastante malo creo yo. Pero es que no tenía idea de cómo hacerlo 😞🙏

Weno chau.

𝕃𝕠𝕤 𝕤𝕚𝕘𝕟𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕠𝕤 𝕡𝕣ó𝕗𝕦𝕘𝕠𝕤 Where stories live. Discover now