Adriana
- ¡Adri! Levántate tenés que ir a la escuela. - Mi mamá llamó a mi puerta después de dar algunos golpes.
Abrí los ojos de golpe y sentí un brazo que me rodeaba. Me quedé inmóvil, Gustavo se había quedado dormido junto conmigo.
- Adriana ¿estás despierta? - Mi mamá volvio a llamar después de no obtener respuesta alguna. - Voy a pasar, entonces. -
Inmediatamente respondí
- No, no, ya voy. No entres, es que vomité en mi cama..... - Esa excusa fue terrible. Lo admitiré.
- Bueno, ¿Estás bien? - Mi mamá preguntó y ahí aproveché para decir.
- No má, me siento mal, ¿Puedo faltar a la facultad? - Recé por dentro a qué me dijera que si.
- Bueno, pero te llevaré al médico mañana. - Mi mamá se fue y yo agradecí internamente.
Ahora me faltaba librarme de Gustavo. Si mi hermano o mi mamá lo veían aquí, me mataban a mi o lo mataban a él.
Moví un poco a Gustavo para que se levantará, pero solo soltó un quejido.
- Gus, Gus, levantate. - Susurré sin ser demasiado brusca.
- No, déjame dormir un poco más. - Pidió como niño chiquito.
- No, Gustavo, casi me descubren con vos acá adentro de mi pieza. - Susurré de nuevo. Y él abrió los ojos lentamente.
Gustavo tenía una cara de sueño terrible. Parecía un zombi, después de unos segundos, se levantó en su lugar.
- ¿Que hora es? - Preguntó con la voz ronca por el sueño.
- No sé, cómo las siete y algo. - Respondí y Gustavo levantó las cejas con sorpresa.
- Me gusto dormir con vos. - Susurró y sonrió con ternura.
- A mi también, pero mi mamá casi se entera que estás acá. - Respondí y el sonrió con diversión.
- Hubiera sido re gracioso eso - Río largamente.
- No, no hubiera sido re gracioso. Nos matan. - Mi mente pensó en una cosa en ese momento exacto. La familia de Gustavo. - ¿Tu mamá no estará preocupada? ¿O tus hermanas? - Gustavo dejo de reír y se quedó serio pensando.
- ¿A qué hora se va tu hermano? - Me preguntó y yo pensé un poco. Mirando mi reloj de la mesita de noche.
- Cómo en 10 minutos. - Respondí y miré a Gustavo.
- Cuando se vaya tu hermano, marcó a mi casa y les aviso que estaré aquí. - Respondió con completa normalidad.
- ¿Te pensás quedar acá? - Lo miré sorprendida. - ¿Con permiso de quién o qué? - Me crucé de brazos.
- ¿No me querés acá con vos? - Hizo un puchero de nuevo. - Sos mala. - Negó levemente. - Por cierto ¿Vos no irás a la facultad? - Preguntó y yo negué.
- No, le dije a mi mamá que "me sentía enferma" y le dije que iba a faltar. - Hice comillas en el aire y continúe. - Eso fue cuando vos estabas re dormido y mi mamá casi entra a mi pieza. - Gustavo bufó y después río.
- ¿Ya se habrá ido tu hermano? - Después de unos segundos me cuestionó.
- No sé, voy a ver. - Dije y me levanté de mi cama. - Escondete, por si acaso. - Gus asintió y lo hizo.
Revisé su habitación y no estaba ahí. Bajé a la planta baja y tampoco estaba, entonces supuse que ya se había ido. Mi mamá tampoco estaba. No quería estar tan confiada, así que revisé toda mi casa y no encontré a ninguno de los dos.
Volví a subir y le dije a Gustavo que saliera. Ya que no estaban, ni mi hermano ni mi mamá.
- ¿En serio no hay nadie? - Desconfío de mi un momento.
- Que no, ¿Por qué te diría mentiras? cuando lo que no quiero es que te vean. - Él salió de su escondite y bajo lentamente junto conmigo.
- Voy a usar el teléfono para marcar a mi casa. - Asentí y el desapareció de mi vista.
Aproveché el tiempo para preparar algo de desayuno para los dos. Podía escuchar como Gustavo hablaba por teléfono y realmente esperé que no lo hayan regañado por qué se había quedado dormido en mi casa.
- ¿Que te dijeron? ¿Te regañaron? ¿Ya te tenés que ir? - Pregunté de golpe y Gustavo se rió.
- No, no, todo bien. Mi mamá se preocupó un poquito nada más. - Se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la parte de arriba en mi cabeza.
- Sos de lo mejor. - Me abrazo fuerte y casi me deja sin aire.
Yo le correspondí el abrazo con casi la misma fuerza, o eso intenté al menos.
Desayunamos después de unos segundos, y no hablamos de nada importante. Simplemente nos estábamos distrayendonos. Me gusta mucho pasar el tiempo con él, siempre me hace reír mucho.
Después de terminar de desayunar nos aburrimos bastante y acordamos ver la televisión, aunque sea solo para entretenernos.
- Bueno, nos hay nada ¿O sí? - Gustavo habló y yo me levanté de hombros.
- Yo me aburro. - Bostece y el miró hacía otro lado pensando en que más podíamos hacer.
- ¿Dormimos de nuevo? - Me preguntó y me convenció, así que acepté.
Nos subimos a mi habitación y salté directamente a mi cama, me dejé caer y Gustavo hizo lo mismo.
Me cobije rápidamente y Gustavo me miraba con diversión.
- Pareces niña chiquita. - Me dijo y después río divertido.
- Y bueno, tengo sueño, amo dormir. - Respondí y me recosté completamente.
Palmeé al lado de mi. Para que Gustavo se acostará conmigo.
- Dale, vos también, vení. - Hice una seña con mi mano.
Gustavo aceptó y se acostó junto a mi. No me dijo nada, pero parecía disfrutar del momento. Estábamos muy cómodos.
- Ahora ya se fue el sueño. Ya no tengo sueño. - Hablé y reí levemente.
Gustavo me miró como si yo estuviera bromeando. Cosa que no era así. Yo realmente lo dije en serio.
- ¿Me hiciste acostarme para nada? - Me preguntó aún sin creerlo.
- Bueno, tampoco es para tanto. A parte ¿Que otra cosa puedo hacer?. - Ambos sonreímos.
🦭🦭🦭
HOLAAA acá les traje otro cap, bastante malo creo yo. Pero es que no tenía idea de cómo hacerlo 😞🙏
Weno chau.
YOU ARE READING
𝕃𝕠𝕤 𝕤𝕚𝕘𝕟𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕠𝕤 𝕡𝕣ó𝕗𝕦𝕘𝕠𝕤
Fanfiction(SEGUNDA TEMPORADA YA DISPONIBLE EN MI PERFIL) "Bajo una luna hostil, signos..." "Somos cómplices los dos" Adriana Giacomelli, de 17 años, es una excelente estudiante de veterinaria, cuyos pasatiempos se basan en tocar la guitarra eléctrica y la ba...