Cap. 23 - Raíz

61 2 2
                                    

Adriana

Después de avanzar un poco al proyecto que nos habían encargado, tenía que irme a mi casa. Pero, si hay una cosa que es Gustavo, es ser muy terco. Y al principio no me quiso dejar ir sola. Pero, lo convencí, le dije que en cuanto llegará a mi casa le llamaría, y él aceptó.

En cuanto llegué a mi casa, fui muy cuidadosa que mi hermano no estuviera merodeando por ahí.

Al no ver nada, tomé el teléfono y llamé a la casa de Gustavo.

- ¿Gus? - Pregunté en voz baja al teléfono, al oír que mi llamada fue atendida.

- Adri, ¿llegaste bien? - Preguntó Gustavo.

- Sí, sí, llegué bien. - Respondí.

- Okay. - Suspiró. - ¿Ya vas a colgar? - Su voz se volvió en tono de una pregunta.

- ¿Querés colgar? - Pregunté en respuesta a Gustavo.

- ¿Vos querés colgar? - Reí en voz baja ante su "respuesta".

- Si vos no querés, no cuelgo. - Gustavo no respondió. - ¿Estás? Gustavo. - Hablé.

- No quiero que te vayas a Chile. - Su voz estaba más baja de lo habitual.

- Gustavo, eso no es algo en lo que yo pueda interferir. -

- Sí, lo sé, pero no quiero. - El tono de Gustavo de volvió más decaído y triste.

- Vos dijiste que me ibas a mandar cartas y todo eso. - Gustavo rió.

- Sí, sí, lo haré. Pero no va a ser lo mismo que hablar por teléfono. - Respondió.

- Entonces, no te tenés que preocupar. - Gustavo volvió a suspirar. - Me voy en unos días, Gus. Espero que podamos vernos pronto.

- Si, yo también espero que nos veamos pronto. - Nos quedamos en silencio.

- Yo... tengo que colgar. - Gustavo, habló.

- Está bien, gracias por hablar conmigo. - Dije antes de finalizar la llamada.

- No hay de que. Nos vemos mañana, para el proyecto. - Contestó Gus y cortó la llamada.

Después de colgar, me fui a mi recámara y me aliste para dormir. Aunque no era tan tarde, no se me ocurría que otra cosa podía hacer.

[...]

Desperté por una terrible pesadilla que había tenido, era sobre mi hermano y un tipo que no conocía, pero se me hacía bastante familiar. Definitivamente, el otro tipo no era Gustavo. No sé en qué acabó el sueño ya que gracias al cielo, me desperté.

Igual sentí mucha curiosidad y también algo como una especie de Dejá Vu. Esas cosas se sienten re feo. Sin más rodeos, me fui a bañar antes de irme a la facultad.

Debajo de la presión del agua. Me quedé pensando en el sueño que tuve. Recordaba algunas cosas, pero era como si mi cerebro se hubiese quedado pegado en una misma imagen. Quería tratar de recordar que más pasaba en el sueño, pero no me acordaba.

Solo sabía que mi hermano no era del todo mi hermano, esas actitudes no eran algo que él haría.

Después de salir de la ducha. Me vestí para ir a la facultad. Me puse unos pantalones de mezclilla azules y una camisa blanca. Bastante "casual" pero al menos quedó bien.

𝕃𝕠𝕤 𝕤𝕚𝕘𝕟𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕠𝕤 𝕡𝕣ó𝕗𝕦𝕘𝕠𝕤 Where stories live. Discover now