Cap. 19 - Cambios

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Gustavo

Me había quedado dormido con ella y sinceramente no me quería levantar.

Pero tenía que hacerlo. Ella todavía seguía durmiendo y parecía tampoco querer levantarse. Asi que no la desperté.

Me moví en la cama para levantarme y así poder vestirme y luego irme yo, sin despertarla a ella. Y eso hice.

Dejé una nota en su mesita que le dejaba saber que para cuando ella despertará yo ya no estaría con ella. No era lo que yo quería, pero tenía que irme a mi casa.

Salí por la ventana, cómo siempre, y caminé hacia mi casa. Cuando llegué, me estuve preguntando si ella ya se había despertado. Pero no quise llamar a la casa de ella. Por si Adriana no respondía y tendría que responder Valentín. Así que mejor no lo hice.

Me dí un baño y después tuve que vestirme para irme a la facultad.

Iba a llegar tarde, pero eso no me importaba demasiado. Quería pasar a buscar a Adriana, pero dudaba un poco todavía. ¿Que tal si ella no me había disculpado? Sí, era una pregunta bastante estúpida pero para mí al menos tenía sentido.

Me fuí yo solo a la facultad y para mí fue raro no verla en ningún lugar, llegué a preguntarle a su amiga Fer, creo que así se llamaba, me había dicho que todavía no llegaba.

Pensé que se había quedado dormida y eso me causo gracia, pero ya era muy tarde y eso dejó de ser divertido. Solamente esperaba que estuviera bien.

Dejé de pensar en eso y tomé mis clases con normalidad.

- Gustavo, sentate. - Me dijo mi amigo Héctor. Se veía muy emocionado pero no sabía por qué.

- ¿Cómo vas? Zeta. - Saludé, y me senté.

Nuestras clases como siempre, fueron algo aburridas, era eso o no le prestamos atención.

Estaba bastante ansioso por salir al receso, y con eso traía la "esperanza" de ver a Adriana.

[...]

Salí al receso y la busqué con la mirada pero no la encontré, mi amigo Héctor me alcanzó a los pocos minutos. Entonces me rendí y no la busqué más.

Mi amigo Zeta tenía una característica y esa era que nunca se callaba cuando era requerido. Casi igual que yo. A diferencia de que cuando no quiero hablar, no lo hago.

El día me transcurrió de maravilla. (nótese el sarcasmo) era evidente que estaba algo preocupado por Adriana. Pero cuando salimos de la facultad, y eso fue una hora después del receso, ya que me encanta saltarme las horas. Ella estaba ahí en la salida, pero lamentablemente estaba con Valentín y su mamá. Al parecer estaban "discutiendo" y me alarmé.

No me quise acercar a ellos, por Valentín, no quería problemas con él otra vez. Entonces los vigile de lejos, procuré ser "disimulado" y me mantuve a una distancia algo distante para que no me vieran.

Ví que los 3 entraron a la facultad y Adriana se notaba algo desanimada. Y cuando vió a Fer cayó rendida en sus brazos. Valentín y su mamá siguieron caminando y las dejaron sola.

Me acerque a ellas que todavía estaban abrazadas, ví que Fer le susurró algo en el oído y Adriana se separó con lentitud. En ese momento me puse muy nervioso.

-... Hola, Adriana. - Susurré y ella volteó. Tenía los ojos algo llorosos. Cómo si hubiera llorado o estuviera a punto de.

- ¿Qué? - Respondió con enojó, inmediatamente pensé que no me había perdonado todavía.

- ¿Estás bien? - Pregunté acercándome más a ella. Fernanda todavía estaba ahí en ese lugar.

- Eso no es de tu incumbencia, Gustavo. Así que si me disculpas, me tengo que ir. - Me dijo y ni siquiera me miró. Su amiga Fer iba detrás de ella.

Me sentí algo triste y confundido, porque pensé que se había molestado porque me fui sin ella.

Me fui a mi casa y estuve llamando a Adriana pero no atendió el teléfono. Fuí a casa pero no abrió, ni siquiera por la ventana. Me estaba evitando y eso no me ayudaba en saber el por qué estaba molesta.




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