Cap. 27 - Bohemian Rapsody.

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Adriana

Antes de que Gustavo se quedará dormido, le dije que teníamos que ir a darnos un baño.

Gustavo bufó. - Bueno, voy. - Se sentó en la cama y me miró con una sonrisita. Su pelo estaba todo despeinado y se veía tan lindo todo rojito. - ¿Querés bañarte conmigo? - Preguntó y yo reí por lo bajo. Él también rió. 

- ¡Gustavo! - Chillé y rodé los ojos.

- Dale, por fa. - Junto sus manos y rogó, y lo miré con diversión.

- Bueno, bueno, ¿Si acepto me dejas de insistir? - Pregunté y él inmediatamente asintió con una sonrisa. - Bueno, vamos. - Nos levantamos y fuimos directamente a mi baño.

- Tenés que ir por tu ropa, que está en algún lugar del cuarto. - Reí levemente.

Gus asintió.

Abrí el agua caliente para templarla con agua fría. Estábamos aún desnudos entonces no hizo falta quitarnos la ropa. Cuando el volvió con su ropa hecha bolita, yo ya estaba debajo del agua. Él dejo la ropa en la tapa del inodoro para que no se mojara con el agua del suelo.

Él se metió conmigo y me abrazo por la cintura. El agua resbalaba por nuestros cuerpos. Tomé mi shampoo y lo coloque en el pelo de Gustavo. Gustavo estaba quieto mirándome. Sus manos se colocaron en mi cintura y me acercó a él. Yo lo abracé y seguí masajeando su pelo con el shampoo. Gus tomó el mismo shampoo e hizo lo mismo que yo. Puso un poco del líquido y masajeó mi pelo causando espuma.

Cómo Gustavo era más alto que yo, por lo cual, no se le complicó masajear mi pelo con mis brazos alrededor de él.

Nos volvimos a meter debajo del chorro y enjuagamos nuestro pelo deshaciendonos de la espuma.

Seguimos bañándonos, ahora era momento de colocarnos jabón corporal.

Gus tomó el jabón de barra y lo  fue restregando por todo mi cuerpo. Hizo que me volteara de espaldas a él para enjabonar mi cuerpo. Cuando terminó volvió a voltearme para quedar frente a él. Estaba muy atento en mi, pasando con cuidado el jabón, como si me fuese a romper, el jabón pasaba por mi cuello, pechos, abdomen y piernas.

Hice lo mismo con el jabón en el cuerpo de Gustavo.

Para ser honesta, no quería que ese día pasará. Si por mí fuera posible, me hubiese gustado detener el tiempo y quedarnos él y yo en el mundo. Solo nosotros dos.

Cuando salimos del baño, tomamos un par de toallas y nos secamos el cuerpo. Gustavo se puso su misma ropa y yo me puse algo más cómodo para estar en casa.

Después del baño, unos minutos después, llegó mi familia.

Me asusté en un principio y le dije a Gustavo que se quedará ahí en la recámara y que no saliera por ningún motivo. Y qué si escuchaba un ruido cerca del cuarto se escondiera lo más rápido posible.

Él me hizo caso y me prometió que no saldría.

Bajé las escaleras.

- Hola, veo que ya volvieron. - Ambos voltearon hacia donde estaba yo y me sonrieron. - Se tardaron mucho. - Volví a decir

- Sí, nos tardamos, pero vamos a volver a salir. - Mi hermano habló. Levanté una ceja, confundida.

- Tenemos que comprar una valija para ti hermano, la suya se rompió. - Mi mamá continúo diciendo y yo asentí.

- Ah, y má ¿No vamos a ir con la abuela? ¿Para la reunión que habían dicho las tías?- Pregunto Valentín. Era evidente que yo no entendía nada.

- Ah, es cierto. - Mi mamá se llevó una mano a la cabeza. - ¿Querés ir con tu abuela? - Preguntó, ella sabía perfectamente que le diría que no. La abuela nunca me cayó bien ni yo a ella. Siempre hacia comentarios fuera de lugar. Negué inmediatamente.

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