Gustavo
Y justamente lo que no quería que pasará, termino pasando. Discutí con Adriana y eso era lo que menos quería.
O bueno, lo que nunca pensé que ocurriría, también, agregando el que me había peleado con su hermano otra vez como ella lo dijo. Y cuando ya habían pasado 5 días me dí cuenta de lo que había hecho.
Así que después de darme un baño, aclarar mi mente y comer un poco, me digne a ir a su casa y arreglar las cosas. Yo no soy de ir y rogarle a la gente, pero Adriana es la excepción y sin más. Me fuí directo a su casa.
En el camino estuve pensando en si debía de ir o no. Porque que tal si ella ya no me quería ver nunca más. Aún así fuí.
Después de caminar como veinte minutos llegué a su casa. Y no iba a tocar la puerta por obvias razones. Entonces decidí hacer lo de siempre. Treparme a la ventana.
Ahí estaba ella, estaba completamente acostada en su cama. Y después de unos segundos embobado mirandola. Toqué la ventana y ella se sobre salto.
Al principio pensé que no me iba a abrir, porque ella dudo un poco en abrirne. Pero lo hizo finalmente.
- ¿Que querés? - Me preguntó sin siquiera saludarme.
- Vine a hablar con vos. - Dije algo apenado.
- ¿De que? - Ella se cruzó de brazos.
- ¿Puedo pasar? - Pedí - Hace frío acá afuera. - Ella me miró unos segundos y después hizo una seña para que entrará.
- Sentate, bah, no sé, si querés - Habló y cerró la puerta de su habitación.
Me senté en su cama y suspiré, era muy evidente que no sabía qué iba a decir a continuación. Estaba mirando al piso, pensando en como iniciar una disculpa.
- ¿Vas a hablar o no? - Se paró enfrente de mí.
- Podrías acercarte.. un poco más - Comencé - Podrías delirarte... un poco más. Podrías desnudarte... un poco más. - Su mirada hacia mi, era nada más que confusión. Sin embargo no me interrumpió y me hizo una seña para que continuara.
- Podrías arriesgarte... alguna vez. Podrías disociarte... alguna vez. Podrías excitarte... alguna vez. - Ella hizo una cara de confusión, con mi mano le hice una seña para que aguardara y no me interrumpiera.
- Podrías entenderlo... si no fuera por...- Me quedé callado.- ¿Si no fuera por? - Ella continúo.
- Valentín - Solté rápidamente. Y ella me miró sin decir nada.
- ¿Que tiene que ver él? - Me preguntó aún con los brazos cruzados.
- Que él no me deja estar con vos. - Hablé y ella solo me miraba.
- Pero no es como que te agarre las manos.... o no sé - Respondió y yo volteé mi vista hacia otro lado.
- No, pero él no quiere que estemos juntos. - Me levanté y estuvimos frente a frente. - Por favor, déjate llevar. Realmente me hace mal no tenerte conmigo. - Murmuré.
YOU ARE READING
𝕃𝕠𝕤 𝕤𝕚𝕘𝕟𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕠𝕤 𝕡𝕣ó𝕗𝕦𝕘𝕠𝕤
Fanfiction(SEGUNDA TEMPORADA YA DISPONIBLE EN MI PERFIL) "Bajo una luna hostil, signos..." "Somos cómplices los dos" Adriana Giacomelli, de 17 años, es una excelente estudiante de veterinaria, cuyos pasatiempos se basan en tocar la guitarra eléctrica y la ba...