Capítulo 7: Otra forma de fuego (2ª parte)

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Reyja escuchó en silencio lo que parloteaba Bittody sobre su fiesta de cumpleaños. Había invitado a casi todo el instituto incluyendo a la mitad femenina. Contempló la invitación en papel que su amigo le acababa de dar y la guardó en el bolsillo de la chaqueta del uniforme.

—Mi padre dice que si hace calor podremos hacerla en la piscina. Yo pensaba que no podría ser, casi estamos en noviembre, pero parece que el tiempo quiere mantenerse y casi seguro la haremos allí —continuó Bittody—. Mi madre pedirá un guardarropa para que todo aquel que quiera bañarse pueda hacerlo.

—¿Habrá alcohol o estaremos a base de zumos como la última vez? —bromeó Ewdar.

—Si no hay en la fiesta de la tarde, lo habrá en la fiesta privada de la noche —respondió su amigo—. ¿Qué dices, Reyja? Será divertido. Habrá muchas chicas mayores, mi hermana traerá a todas sus amigas.

—¿Y Suke? —preguntó.

La verdad era que Reyja no estaba prestando atención a la conversación. Primero había pensado que podía estar bien pero cuando surgió la palabra piscina, su cabeza empezó a dar vueltas para encontrar una excusa decente. Suke había ido un momento al baño y todavía no había regresado. Quizá eras imaginaciones suyas pero ese día estaba más raro que de costumbre.

—Puede venir, claro —se apresuró a decir Bittody—. Después de todo, es tu amigo, ¿no? Y no me gustaría tener problemas con su padre.

—Voy a ver qué le ha pasado —dijo Reyja levantándose.

—¿Ahora te necesita para ir al baño? —se burló su amigo, pero Reyja le ignoró, de verdad estaba preocupado.

Suke estaba casi tan pálido como el día del gimnasio. Tal vez sí que se preocupaba demasiado, pero no podía evitarlo. Había algo en él que le impelía a protegerle. Lo había hecho desde su primer encuentro y no había desaparecido, él era el primer sorprendido ante su actitud pero no por ello podía dejar de hacerlo. Así que fue a buscarle. Además, en esta ocasión tenía escusa; tenía que contarle lo de la fiesta de Bittody.

Suke se estaba mojando la cara cuando Reyja le encontró.

—¿Qué haces aquí? —preguntó extrañado al verle.

—Vine a buscarte —explicó mientras le tendía la toalla—. ¿Te encuentras bien? No tienes buen aspecto.

—Estoy bien —dijo Suke, pero su voz temblaba—. El… el desayuno. Supongo que he comido algo que no me ha sentado muy bien. De todas formas acabo de vomitar, así que supongo que me encontraré mejor dentro de un rato.

—¿Seguro que estás bien? —Puso su mano en la frente para comprobar que no tenía fiebre pero Suke se la retiró de malos modos y retrocedió un paso.

—Estoy bien —aseguró con un ladrido.

—Si tú lo dices… Creo que tienes algo de fiebre.

—Siempre tengo algo de fiebre —replicó Suke y Reyja se vio obligado a asentir con la cabeza. Era el menor de los secretos de su amigo, su piel siempre estaba caliente. Pero incluso teniendo eso en cuenta, le había parecido que tenía fiebre.

—Bittody celebra su fiesta de cumpleaños este fin de semana —dijo—. Estás invitado.

—Una fiesta… —repitió Suke, parecía sorprendido—. Podría estar bien.

—En otra ocasión, tal vez. Esta será en la piscina de su casa.

—¿La piscina?

—Sí, ya sabes. Eso lleno de agua donde la gente se mete con poca ropa para nadar, dos cosas que tú no haces —recordó—. No te preocupes, dame un par de días y encontraré una excusa perfecta para que no vayamos.

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