Capítulo 12: En carne viva (2ª parte)

2.5K 211 30
                                    

He decidido ser buena y poner el resto del  fragmento que tocaba. :P

*************************************************

Suke se tensó entre sus brazos y le observó estupefacto. Su rostro, se descompuso en una expresión de sorpresa y terror al mismo tiempo. Quiso apartarse pero Reyja no le dejó. Le atrajo hacia él y le abrazó con fuerza.

—No me hagas esto, Reyja —murmuró sin poder reprimir las lágrimas que resbalaban por sus mejillas—. No juegues más, por favor.

—¡No! —exclamó Reyja—. ¿Cómo puedes pensar que estoy jugando? —dijo, mientas recogía una lágrima del rostro de su amigo. No quería hacerle daño, nada más lejos de su intención.

—Porque siempre juegas, todo es broma para ti y yo... yo me reiría en otro momento pero ahora no puedo, Reyja. No puedo reír.

—No estoy bromeando, Suke —dijo besándole de nuevo. Suke intentó apartarse pero Reyja no le dejó. No pensaba dejar que se escapara. Sabía que él le correspondía. Lo sabía desde que había saboreado sus labios. Desde que había sentido como la piel se le erizaba al tocarle. Incluso esas lágrimas hablaban de sentimientos correspondidos—. ¿Por qué no puedes creerme? ¿Crees que para mí es fácil descubrir que estoy enamorado de mi mejor amigo?

—¿Enamorado?

—Aunque tengas un cutis de niña eres un chico, Suke. A mí no me gustan los chicos, o... eso creía. Ni siquiera se me había ocurrido que esto podría pasar. Pero... pero tú me gustas y quiero besarte, tocarte y...

—Cállate —masculló Suke, enrojeciendo hasta las orejas. Reyja rio con suavidad y le acarició la mejilla herida. Tenía un feo corte en una ceja que sangraba y bañaba en sangre todo el inflado párpado.

—Lo que intento decirte es que... he estado con mujeres antes. Sé lo que es el deseo físico, y contigo hay de eso, desde luego, pero hay mucho más de otra cosa. Algo que no había sentido nunca y que me hace plantearme cosas que ni tan solo habían pasado por mi cabeza. Y, sin embargo, ahora no dejo de pensar en ellas —susurró. Ahora su turno de enrojecer. Era un poco incómodo confesar algo así y no lo hubiera hecho de haber tenido la más mínima duda de que Suke no sentía lo mismo. Pero sabía que era así. Y eso le hacía feliz.

«Mis pesadillas han cobrado vida delante de mí, puede que no sobreviva a esta noche, pero yo me siento feliz. ¡Seré estúpido!»

—¿Cutis de niña? —gruñó Suke. Reyja se rio de nuevo y le besó otra vez.

—Sí, pero me gusta. Creo que es mejor si no tienes barba.

—Ojalá pudiera decir yo lo mismo —replicó—. ¿Cuánto hace que no te afeitas? Es como si hubieran pasado una lija por mis labios.

—No seas tan quejica —replicó, rozando con sus dedos esos mismos labios. Suke no dijo nada pero le miró. Por un momento, Reyja vio las llamas bailando dentro de ellos, como hiciera aquella vez cuando se conocieron. Era hipnótico, podía perderse para siempre en esos ojos sin ser consciente ni siquiera de que estaba perdido. Solo cuando Suke parpadeó, Reyja pudo apartar la mirada, turbado por las emociones que esos ojos despertaban en él. Se centró en descubrir el recorrido de los dedos que dibujaban el contorno de su boca. Sus besos sabían a sal. A sal de lágrimas y sangre.

—No iba a decirte nada —murmuró Suke con una sonrisa triste. Las sonrisas de Suke eran escasas, y por eso, preciosas.

—¿A qué te refieres?

—A mis sentimientos —confesó con voz temblorosa—. Hace días que sé que los tengo, y primero pensé en alejarme de ti, en... huir. Pero no pude. Cuando volviste a buscarme, esta tarde, supe que no podría hacerlo. No podría apartarte aunque quisiera y... no quiero. Esta tarde decidí ser tu amigo, pasara lo que pasara. Aunque doliera. Porque nunca, nunca... —Suke negó vigorosamente y se separó de él—. No, esto no está bien, Reyja. Hay algo que no va bien. Ahora estás confuso y crees que... sientes cosas. Pero este no eres tú y cuando todo esto pase y te des cuenta, me lo echarás en cara. Pero no es mi culpa —negó—, no lo es porque yo no te habría dicho nada nunca. Nunca lo habrías sabido.

El Alma en LlamasΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα