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―Me gustaría llevarte a un lugar ―comentó de manera casual mientras caminaba por las calzadas de Londres. Asentí y me señaló un lugar con luces al fondo de la calle ―¡Ven mira, vamos Ángel!

Corrimos rápidamente hasta llegar a una pequeña feria con todo. No era como la que habíamos ido hace unas horas, era mejor. Había niños, parejas, adultos, ancianos y todos parecían muy felices, jugando para ganar osos de peluche, y todas esas cosas que las personas felices hacían comúnmente. Personas felices.

―¿Qué es esto? ―sonreí realmente emocionada. Harry rió y me cogió de la mano, para llevarme a un pequeño juego, que tenía pistolas de agua y eso.

―Mira, tienes que pegarle a eso ―me ordenó, al mismo tiempo que se ponía atrás de mí, y me cogía de la mano y la cintura. Un escalofrío me llegó hasta la columna, al hacer contacto mi cuerpo con el suyo ―Lo único que tienes que hacer, eso tirar esa figurita de allá.

Asentí. Fijé mi vista al pequeño muñequito en forma de soltado que yacía a metros de mí, pero, para mí era difícil poder tirarle un balazo de agua. Apreté el gatillo y un chorro de agua salió disparado hacia el muñeco, lo tiré, solté el "arma" y abracé a Harry de la emoción. Sus brazos rodearon mi cintura y mis pies ya no pudieron tocar el suelo, me dio unas vuelta y me devolvió al lugar en el que estaba.

―¡Lo has hecho, lo has hecho! ―exclamó emocionado el chico, sonreí aún más ―Ahora tienes que escoger un peluche, el que te guste, nena.

―Ese de ahí ―señalé a un peluche de koala grande y gris, el señor asintió, tomó el peluche entre sus manos y me lo dio ―Gracias.

―No hay de qué.

Harry agradeció en un susurro y pasó sus brazos por mis hombros. Mis brazos acunaban al grande koala de peluche, que ahora, era mi favorito. Sentí como me presionaba más a él, levanté mi vista y vi a un chico mirándome y mordiendo su labio. En cierto modo me incomodaba, porque, vale, yo no interactuaba con chicos a diario, ni tampoco salía a fiestas, ni tomaba, ni mucho menos me drogaba, pero me odiaba a mí misma.

―Odio que te miren así, Ángel ―gruñó mordiendo su labio, y atrapando el metal entre ellos. Sentí un escalofrío pasar por mi abdomen, algo muy extraño cuando hizo eso  ―Es una falta total a tu persona. Joder, odio que hagan eso.

―Está muy buena amigo, aprovéchala  ―dijo el chico al pasar por el lado de nosotros. Harry se tensó, supe lo que venía, pero quería que alguien saliera herido, en especial Harry. Tomé el brazo del chico de tatuajes y lo apreté suavemente, diciéndole que todo estaba bien.

―Ignóralos Harry, no les des importancia ―le dije acariciando su rostro, el que de hecho estaba muy cerca de mi cara. Sentía su respiración muy cerca de la mía, nuestras respiraciones se combinaban, haciendo una hermosa combinación. Sus ojos eran lo más hermoso que pude ver jamás, estaba tan ocupada en admirar sus ojos, que cuando me di cuenta, nuestros labios se fundieron en un beso.

Give me love |Book One.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora