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Holiii, acá está su cap. Les quería decir una propuesta, es esta: Sí este fic llega a los 500.000, saco un libro de él, para que lo puedan tener en sus manos. Déjenme sus hermosas biblias. Otro trato, pónganle un nombre a éste fandom, por así decir (? que sea original. Pásense por Oh Darling, y no tengan miedo de hablarme por inbox :33

 

With love, Kiana

Acaricié su pelo rubio, ella respiró con pesadez, y antes de que le pudiera decir que se tranquilizara, que la quería a pesar de todo, me empujó realmente fuerte y rápido que tuve que sostenerme de la pared para no caerme de espalda. Kage respiraba por la boca dificultosamente y el pecho le bajaba y subía extremadamente extraño, como sí le faltara el aire. Me preocupé, no le lo que me pudiera pasar a mí, sino a ella. Traté de caminar hacía Kage, con tranquilidad, con cuidado, pero lo único que recibí fue una mirada de odio infinita.

—¿¡Porqué estás aquí?! —gritó tan fuerte que temí que se desmayara por el acto pasado, frunció el ceño y me miró —¡¿Acaso está aquí para verme sufrir, verdad?! ¡Sólo lo haces por lástima! ¡sólo te gusta verme llorar! ¡Sólo te gusta verme sufrir! ¿¡No es así?!

—Bebé, cálmate...—murmuré, pero lo suficientemente fuerte como para que me escuchara. Ahora lo entendía, son las consecuencias de las enfermedades de Kage, todo tiene sentido. Pero sí no la paro, podría llegar a lastimarse a sí misma.

—¿¡Que me calme?! ¿Cómo quieres que me calme? —soltó un par de lágrimas, que quise eliminar y volvió a mirarme con dolor, como sí le doliera verme —¿¡Como quieres que me calme?! Sí soy un fraude, un maldito problema, no sé porque gastas tu tiempo en mí.

—Tranquila, nena... —a lentos pasos logré acercarme un poco a e ella, sólo un metro y estábamos juntos.  Ella negó con la cabeza, liberando algunas lágrimas de tisteza y dolor, tomé mi pelo entre mis manos desesperado y la miré de nuevo. Mordió su labio inferior con inseguridad y sollozó una vez más, viendo el suelo frío  —P-Pero no llores nena, ¿okey? T-tú te ves muy bonita cuando s-sonríes, ¿lo sab-bías?

—Y-Yo maté a mis padres, ¿c-cierto? —habló después de un largo tiempo, su rota y pequeña voz. Sentí una especie de nudo en la garganta que no me dejaba respirar y hablar con confianza, con facilidad. Tomé una bocanada de aire antes de caminar rápidamente y abrazarla—Y-yo lo sabía. Ellos discutieron por mi culpa, y-yo los maté... ¡Ellos no están aquí por mi culpa! ¡Debería estar muerta yo, no ellos!

—Ángel... —susurré viéndola sin poder pronunciar palabra alguna, me dolía que pensara así. Me dolía porque yo amaba a Kage, como jamás amé a alguien en el mundo. Ella era dueña de mis suspiros, mis besos, mis abrazos, y por más cursi que suene... de mi corazón —Cálmate, por favor...no hiciste nada, bebé...

—Vete de aquí, Harry —masculló entre dientes. Tuve que sostenerme de la cama para no caer de la impresión, pero era verdad. Su quijada se tensó, apretando los dientes, bastante fuerte, y también las manos, poniendo sus nudillos color blanco, de tanta fuerza que hacía—No quiero hacerte daño. Estoy jodida, y no puedes hacer nada para cambiarlo, esto ya está hecho. Lo siento sí jamás te advertí, pero te amo... y puedo permitir ver como te hago daño.

—Pero tú no me haces daño, amor.

—¡Pero lo haré! ¿entiendes? ¡Lo haré! ¡Te joderé de la manera más inhumana posible! —gritó —Esas son las consecuencias de amar a una chica que no es suficiente, que se odia, ahí las tienes.

—Pero Kage... —insistí mirándola a los ojos, ella volteó a otro lugar, evitando el contacto visual, cosa que me dolió como el demonio —Me importa una mierda lo jodida que estés, yo te amo así. Podemos superarlo juntos–

—Vete de aquí, Harry —me paró a tope, secamente. Asentí con una sonrisa triste, de esas, de las amargas, di la media vuelta sobre mis talones, iría a un lugar a buscar consuelo alguno, y por ahí darle tiempo para que empacase todo y se fuera de aquí. Con la mano en la perilla de la puerta, volteé a verla con una mirada de dolor y ella lloró abundantemente —Quiero que sepas que te amo. Te amo a pesar de todo.

—Adiós Harry —susurró, su cuerpo con inercia ante mis palabras —Te amo más.

Eso era todo, se acabó, quizá por ahora.

Give me love |Book One.Where stories live. Discover now