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Salí de la casa, teléfono en mano, Adam al pie de la escalera, me volví para cerrar la puerta, cuando me giré Adam estaba ahí, junto a mi, pantalones negros, zapatillas negras, una camisa blanca con líneas azules destacando el maravilloso celeste de sus ojos por la mañana. Sus manos fueron a mi rostro, mis ojos en sus labios y de pronto, sin ninguna palabra, me besó.

El beso más suave y dulce de mi vida, lleno de amor, mágico, maravilloso.

Abrí mi boca y el beso se hizo mas profundo, pero siempre suave, su lengua probó la mía, suave, que magnifico momento, y era mío, era suyo, era nuestro…..y así, en la puerta de la casa de mi hermana, en el lejano Manhattan, una calurosa mañana, le entregue mi corazón a Adam, mi extraño.

Sus manos aún estaba n mi rostro cuando nos separamos, sus preciosos ojos brillaban, Dios que fortuna la mía!!!el es celestial.

-estas más que hermosa esta mañana, más que bella, más que radiante… y ese beso me lo debías.

Sonreí-intentaré no deberte nada.

-si mas te vale.

Su auto esperaba por nosotros, me quedé esperando, temiendo lo que pasó la vez anterior.

-tranquila, prometo comportarme.

-llevo gas pimienta para prevenir cualquier circunstancia-una sonrisa de lado cubrió su boca.

-donde vamos?-preguntó.

-Elen me dijo que los desayunos en macy´s son lo mejor.

-a macy´s entonces.

Me regaló una maravillosa sonrisa mientras abría la puerta para mí. Fruncí el seño, me miró divertido.

-a que desgracia, esta vez quería conducir yo.

Metió su mano en el bolsillo rebuscando hasta que sacó la llave y me la tendió con una reverencia.

-somos suyos majestad- me quedé mirándolo con asombro, mis ojos al magnifico Audi A9 negro que brillaba como espejo y luego de vuelta a el.

-de verdad me dejarías conducir tu coche??.

-claro, porque no???.

-pues para empezar porque no se adonde vamos.

-eso es lo de menos, el coche tiene GPS-dijo como si se tratara de algo tan simple.

-además no conozco el auto.

-es automático, no hay mucho que conocerle.

-vamos, solo bromeo, si algo le llega a pasar, tendría que trabajar mil años para pagarlo.

-no es tan caro, además tiene seguro…en serio, me muero por ver esos tacones tomar el control de mi auto, vamos, solo unas calles??- sus maravillosos ojos suplicantes.

-esta bien, pero si nos detiene la policía diré que es un secuestro.

-bien, y yo como secuestrado no opongo resistencia….vaya, aun no comienza el secuestro y ya tengo el síndrome de Estocolmo.

El azul de sus ojosWhere stories live. Discover now