1 3 - En serio, eres increíble

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Salgo de Fasty Food con un delicioso helado de vainilla con chispitas de chocolate

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Salgo de Fasty Food con un delicioso helado de vainilla con chispitas de chocolate. Es la cosa más deliciosa del universo. Ezra me lo regaló. En realidad, cuando lo fui a pagar, me informaron que el sistema de las tarjetas de crédito estaba momentáneamente caído. Ante mi falta de efectivo, él se ofreció a pagármelo. Le dije que se lo devolvería el lunes, en el colegio, pero se negó y me lo regaló. No permitió objeciones de mi parte.

Me llevo una cucharadita a mi boca y siento  que se me congela el cerebro. Ezra se ríe de mi expresión y me roba helado sin que yo pueda detenerlo.

—¡Al final, sí tenías algo dentro de la cabeza! —anuncia con alegría.

—Gracias —contesto, sarcástica—. Y deja de robarme helado. Que tú me lo hayas regalado no te da el derecho a comerlo. La chica que nos atendió, te avisó que había una promoción de 2x1 al mismo precio, y tú la rechazaste.

—Pero lo que te robo a ti, tiene un sabor incomparable. —Me guiña un ojo y aprovecha mi cara de pasmada, para quitarme un mordisco de helado. Sí, sus labios tocaron directamente mi postre y no, con un gesto sano para mi salud mental.

Ezra se adelanta y camina varios pasos por delante de mí. Cruza la calle antes que yo, a mí me detiene el semáforo. Frunzo el ceño y le hago fuck you con mi dedo medio. Me ve y se empieza a reír, estoy segura de que una maldad cruzó por su mente:

—¡Cuando quieras, bebé! —Me lanza un beso a la distancia. La gente comienza a observarnos. Un grupo de ancianos se horroriza, otros, se ríen. Enrojezco con fuerza.

El semáforo cambia de nuevo y el hombrecito de luces blancas vuelve a caminar. Es mi turno de cruzar la avenida que me lleva a la plaza. Planeo estamparle lo que queda de helado en la cara. Ezra me lee la mente y se aleja hasta quedarse debajo de un árbol. Se apoya en el tronco, de manera despreocupada.

—Ey, ey, ¡espera! —escucho gritar a mis espaldas, pero lo ignoro—. ¡Oye, tú! ¡Linda!

El ego femenino me puede y me volteo, justo cuando termino de cruzar. Un chico, agitado, me toma del brazo. Un leve sobresalto me recorre...

—¿Qué... —comienzo a decir pero observo que tiene el uniforme de Fasty Food—... sucede?

Un segundo chico se nos acerca. También tiene el uniforme del restaurante de comida rápida, la chomba amarilla está sudada en las axilas y la espalda. Está más agitado que el primero y, a duras penas, puede hablar. Boquea como un pez fuera del agua y apesta a hedor masculino. Frunzo el ceño y espero alguna respuesta.

—¿Pasa algo, chicos?

Ezra se acerca a nosotros y se para a mi lado. Apoya su mano en mi hombro y no puedo evitar sentir que está marcando el terreno como un estúpido animal. Observa a los muchachos, que deben de tener nuestra edad, con gesto inquisidor. El primero es alto y bien parecido, entra en los estándares de lo que califico como un chico gua... Bueno, seré sincera, sexy. Es sexy. El segundo, por su parte, supongo que está bien, pero entre el olor a carne y papas fritas, y su sudor, el solo tenerlo cerca me revuelve el estómago.

No me delates  ✔️Where stories live. Discover now