1 7 - Entre un viewtuber sin cerebro y un loquito del teatro...

7.3K 1K 186
                                    


Arte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Arte. Una sanción. Teatro. ¿Qué más? Ah, cierto. Dormí solo una hora y mi cuerpo se encarga de recordármelo a cada paso que doy. Estoy demasiado cansada, mi cabeza me estalla y tengo frío por haberme dejado el blazer olvidado.

Ingreso al auditorio bostezando y me quedo helada: hay un revuelo extraño, noto una expectación nunca antes vista. Todos mis compañeros están con guiones en la mano y caminan de aquí para allá. De golpe, todo llega a mi mente:

La obra. La puta obra. Mierda.

No puede ser. Es cierto. La primera clase se nos repartió a todos unos guiones de la obra que presentaríamos antes de que termine el año lectivo. Se suponía que todos haríamos la misma audición y Anthony decidiría quién interpretaría cada papel.

Trato de recordar qué es lo que se supone que hay que hacer, pero no tengo ni idea. Se supone que es una especie de El patito feo pero aggiornado a los estudiantes de preparatoria. Según Anthony, sería algo nunca visto pero para mí es una idea súper trillada y gastada. No me arrepiento de usado las horas del club para leer a escondidas.

Mi teléfono suena. Es una llamada de Tobías. Me froto la frente con pesadez. ¿Qué quiere? Ezra aparece por detrás y me pregunta:

—¿No vas a atender?

—¿Qué haces tú aquí? —chillo por el infarto que casi me da su presencia.

—Tranquila, tenía una hora libre y como me ofrecí a ser fotógrafo el día del estreno, me permitieron venir a ver...—Se encoge de hombros y me vuelve a señalar el teléfono—. ¿Y? Se ve que —se estira para leer— ¿Tobías? está muy insistente.

Sonrío de la forma más venenosa que puedo y me alejo de él. Tobías ya me dejó de marcar y me entra el mensaje de la llamada perdida. Suspiro. Lo llamo yo. No me gusta atender sus llamadas pero lo veo necesario, nunca me llama cuando estoy en el instituto. Debe haber pasado algo.

—¿Hola? ¿Tob? —pregunto con preocupación—. ¿Qué pasa? ¿Te sucedió algo?

Vibsha —dice alargando las A como solo me dice Brolin y finge una especie de acento ruso igual que mi compañero de trabajo.

«Oh, no, por favor. Otra vez, con celos, no».

—No me digas así —menciono apretando los dientes—. ¿Qué quieres? ¿Para eso me llamaste?

No te llamaría si tu amiguito viewtuber no me hubiese llamado a mí primero. Dile que me deje de fastidiar y respóndele de una vez sus mensajes. —Su tono de voz sale enojado, con fastidio—. Gracias.

Fin de la llamada.

Suspiro con pesadez y me froto las sienes a causa de un posible colapso por histeria. Reviso mis notificaciones y sí, en efecto, tengo veintisiete mensajes de Brolin.

No me delates  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora