2 2 - La «fantabulosa» fiesta de Abigail Robbins (parte 2)

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Un silencio antinatural baña el ambiente de la fiesta, pero sé que en realidad solo soy yo y que son ideas mías; no soy tan importante

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Un silencio antinatural baña el ambiente de la fiesta, pero sé que en realidad solo soy yo y que son ideas mías; no soy tan importante. Los costados de mi frente me palpitan tanto que no puedo concentrarme en nada más que en mover mis pies. No quiero caerme mientras soy el efímero centro de atención y una luz de reflector acompaña todos mis movimientos. Un zumbido agudo titila en mis oídos, sé que es el estrés.

Me obligo a pasar saliva y sigo a las chicas que fueron llamadas antes que yo. Pronto suben dos más, ya somos cinco. Observo de reojo a mis compañeras. Una está sonriente, expectante; dos cuchichean como histéricas envueltas en una nube llamada «lo tan perfecto que es Brolin» —perdón, Anxious—; y la otra... bueno, es una bruja que parece estar en peor estado que yo. Creo que está apunto de desmayarse, lo noto por su semblante pálido, por cómo suda y por cómo se remueve incómoda en su lugar. Sé que no debería, pero verla así me hace sentir mejor; no soy la única que odia esta situación.

La primera en pasar es la chica vestida de diablito. Él le pide que se presente y diga de dónde conoce a Abigail. Pronto, toda su efusividad se evapora con un simple roce de Brolin. Él le venda los ojos y la deja delante de la mesa donde ahora reposa una bandeja enorme con varios recipientes. Pronto, la música es remplazada por sonidos ambientales nocturnos: se escuchan aves que aletean entre las ramas de los árboles, grillos y búhos; una tormenta se acerca.

Él le explica que tiene que adivinar qué es lo que está tocando. Y en menos de cinco minutos, la chica baja del escenario con una sonrisa en el rostro. Se la ve algo avergonzada por fallar en todos los productos que tuvo que analizar. Sin embargo, creo que falló a propósito. Para llamar la atención de Brolin, básicamente.

La segunda en pasar es la chica asiática que esperaba su turno con expectación. El proceso se repite. No obstante, ella acierta qué es cada una de las cosas que es obligada a palpar. Por haber ganado el juego, le entregan un listón que Brolin le coloca en la chaqueta de policía. Además, tiene el «honor» de tomarse una foto con él. Obvio, lo abraza como si fuera su mejor amigo de toda la vida.

Luego, baja.

Y es mi turno.

—Vibel, adelante por favor —me llama con el micrófono y una de las mozas me lleva de la mano hasta a él, donde él me toma de la mano y me hace girar. Mis dedos sudan—. ¿Sabes algo? Amo tu disfraz, mi mejor amiga es súper fanática de esta serie. —Sonrío, agobiada y pensando en cómo demonios me vengaré—. ¿Alguien sabe de qué historia estamos hablando?

La multitud se vuelve loca, por alguna razón aman que los hagan participar. Muy pocos son los que responden y bien. De hecho, me sorprende que siquiera lo conozcan. Fuera de Japón, Volkyuu!! no es muy conocido. Escucho que alguien le pregunta si su mejor amiga es Aisha pero él no responde y sonríe. Luego de eso, me sonríe y me pregunta cómo conocí a Abigail. Menciono que fue en clases de arte y casi cometo el error de comentar que embarré todos sus trabajos con café —y que, por eso, la oruga troglodita me mandó una papeleta de amonestación—. Suspiró.

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