Aisha Miau es una celebridad de ViewTube. Todos la aman. ¿Y cómo no hacerlo? Es hermosa, creativa y extrovertida. Con sus pelucas de colores ilumina a cualquiera que la vea. Muchos consideran a Aisha una artista en ascenso, la chica del momento y q...
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¿Qué ocurre cuando le pides expresamente a una persona que sea disimulada, pero va a recogerte al colegio con un auto rojo descapotable ultra nuevo? Pues sinceramente, aún no lo sé. Sigo meditando sobre ese hecho.
En cuanto puse un pie fuera del establecimiento, vi una mancha roja que clavó las ruedas en el asfalto para estacionar justo frente a la entrada. La frenada debe haberse escuchado en cada aula del Saint Adriel College, el chirrido fue ensordecedor. Abro una nota mental y añado que nunca más debo permitir que Brolin me vaya a buscar al colegio.
Está demente.
Al menos, agradezco que vino camuflado. Viste una sudadera gris, con bolsillos canguro, enorme: estoy segura de que caben dos Anxious y una Aisha ahí dentro. Además, tiene puestos unos lentes de sol gruesos que tapan toda la zona de sus ojos y parte de sus mejillas. Noto que está usando la capucha de la sudadera y, además, una gorra puesta al revés debajo. Un mechón de cabello, ahora azul, se escapa travieso por el agujero que ajusta la gorra.
Mis manos comienzan a temblar. No. La demente soy yo por acceder a esto. Miro a mis costados y por suerte no hay ni un alma merodeando la zona. Como hui en horario de clases, no hay nadie por los alrededores. Los únicos que andan cerca son los chicos de segundo que están en clases de deportes.
Gracias a Dios...
¿O no?
Algunos de los chicos se detienen a ver el auto de Brolin pero mi cerebro no los nota porque está concentrado en otra cosa: Ezra. Lo veo a los lejos. Sin quererlo ni pretenderlo es al primero que mis ojos divisan de todos los compañeros. Noto su silueta recortada entre las sombras de los árboles y veo cómo se despeina el cabello humedecido por el sudor. Estira uno de sus brazos por detrás de su cuello y comienza a dar saltitos para luego continuar corriendo.
Uno de los chicos lanza un chillido de exclamación por el coche de Anxious y varios comienzan a hablar con expectación. Silbo para que Brolin me vea y comienzo a correr hasta él. El imbécil piensa que lo saludo y comienza a tocar la bocina con insistencia. Siento la mirada de la gran mayoría de mis compañeros a mis espaldas. Vuelvo a voltear, esta vez, nerviosa. Los chicos han dejado de correr, incluso Ezra tiene sus ojos clavados en mí. Me gustaría saber qué está pensando al ver que me voy a escondidas con un chico en su súper auto último mode...
¡Carajo! Mi idea de huir sin testigos se acaba de ir al demonio. Más que divagar en si Ezra tiene o no celos —que además es obvio que no—, debería preocuparme en escapar.
—Chst... chst... —Trato de callarlo.
—¡Por aquí! —me grita para que lo vea y tengo ganas de ahorcarlo.
—Ajjj... ¡Ya te vi! Cierra el pico. —Vuelvo a chistar.
Mierda. ¿Tanto cuesta ser disimulado? Cuando estoy a menos de un paso del coche de Brolin, arrojo todas mis cosas en los asientos traseros. Luego, pego el típico salto que hacen en las películas para subirse a los autos descapotables, pero me enredo con mis propias piernas y caigo de boca en el asiento del copiloto: mis brazos están debajo de mí y me resulta imposible moverlo, tengo una pierna que cuelga fuera y no llego a entrar, la otra dentro del coche y mi culo para arriba: por suerte mi falda no se mueve y me cubre.
