-La reina- (*PARTE 3/3*)

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Estaba sudando, y por un momento pensó que tenía sangre de verdad en la frente pero no, era simple sudor. La tormenta se había calmado un poco, pero no había cesado tampoco. Miró hacia la ventana, y al girarse notó un papel a su lado. Lo leyó un poco en voz alta, pero leyéndoselo para sí. La nota decía lo siguiente:

Querida hermana. Me he dado cuenta de que no quiero ser mensajera nunca más: es un trabajo aburrido y sin emociones. Como sé que desde siempre has querido ser más... "normal" a los ojos de los demás, pues me he propuesto abrir una panadería. Y de hecho, ya he hecho algunas prácticas en casa, así que la caja que hay sobre la mesita de la noche es una prueba de que tu hermana pequeña tiene algo de mano para esto. Espero que algún día (¡no por la muerte, claro!) puedas dejar de ser Reina de todos para empezar a ser Reina de tu vida. Sé que estás cansada de esto, que para ti ser Reina es como para mí ser Mensajera. Pero algún día, te prometo que haremos empanadas, bollos, pan, tostadas y bizcochos juntas.

                                                                 Te quiere mucho, Alina.

Volvió una intensa tormenta, esta vez en sus ojos. Le daba envidia que su hermana pudiera decidir qué hacer, pero había caído en la cuenta de que al fin y al cabo, después de haber tenido ese sueño... No era tan mala Reina. Abrió la caja sin demora, y en vez de un producto de panadería, se encontró con una corona. Su corona, de hecho. Bajo ella había otra pequeña nota:

Sé que no eres lo que quieres ser, pero te aseguro que estás siendo mejor de lo que los demás podrían llegar a imaginar que puedes llegar a ser siendo lo que eres. Jamás dejes de llevar corona, da igual si estás en un castillo o si estás segando el campo. Sé tu castillo, tu Reina, y tu pueblo. Dirige tu vida como quieras dirigirla, y que ningún lugar pre-establecido y presupuestamente correcto te diga lo contrario. 

Pequeñas y grandes historiasWhere stories live. Discover now