Capítulo 3

9.1K 600 313
                                    

Porque esperaba un principe azul... ¿O una princesa?

Pov Poché.

—¿Ahora sí me ves?— Preguntó Lucas con una sonrisa linda enmarcada en su rostro.

«¡Reacciona Garzón! ¡Tu crush está enfrente de ti!» Pensé viéndolo cómo idiota.

— Lo s-siento.— Tartamudeé, carraspeé mi garganta nerviosa.— Sin los lentes no veo nada, cómo ya te diste cuenta.— Añadí soltando una risita nerviosa, viendo sus ojos azules clavarse con los míos.

— Entiendo, por suerte me fijé y no me pare en ellos.— Lucas hizo una mueca cómica, haciéndome reír.

— Gracias por no hacerlo.— Agradecí con timidez, sintiendo mis manos sudar.

¡Estaba hablando con Lucas! ¡Me voy a desmayar!

— Oye, me parece que te he visto antes. ¿Nos conocemos o es mi imaginación?— Preguntó Lucas de pronto, frunciendo el entrecejo.

— Estudiamos en el mismo colegio.— Contesté llevando mis manos a mis espalda y jugar con mis dedos.

— Que raro, no habría olvidado a una chica tan linda.— El calor invadió mis mejillas y Lucas se dió cuenta de ello, por lo cual soltó una corta risa entredientes.

— Nos vemos. Gracias por salvar mis lentes.— Mencioné huyendo de los nervios que él me causaba.

— Nos vemos, no hay de que, chica linda.— Sonreí viéndolo antes de dar media vuelta e ir a buscar a mis mejores amigas y hermana.

¡Por Di-os! Había hablado con Lucas por primera vez en estos cuatro años. ¡Que emoción! ¡Me dijo linda! ¡Soy linda! Suspiré sonriendo cómo idiota, ahora tenía una esperanza más.

— Ahí viene.— Escuché la voz de Laura, sin dejar de sonreír me acerqué a las chicas.

—¿No han llegado a la pizzería?— Pregunté viéndolas, las chicas muy coordinadamente fruncieron el ceño.

—¿Crees que la pinche pizza importa ahora? ¡Hablaste con Lucas!— Exclamó Paula dramática, reí.

—¡Y tienes cara de pendeja o sea que traes chisme!— Acotó Laura, moviendo sus manos para que les contará lo recientemente sucedido.

— Lucas encontró mis lentes, me los puso, me preguntó de dónde era y... Me dijo linda.— Concluí bobamente soltando un suspiro.

— Uhmm quiere ponertela.— Comentó mi hermana, fruncí mi ceño viéndola.

—¿Cómo dices que dijistes?— Pregunté ladeando la cabeza confusa.

— Es hombre, hermanita.— Respondió con obviedad.— Los hombres solo piensan con el pito. ¡El pito! ¿Entiendes?— Añadió alzando sus cejas, negué con mi cabeza.

— Odio admitirlo, pero Valentina tiene razón.— Acotó Paula rascando su nuca, resoplé.

— Gracias.— Dijo Valentina viendo a Paula.

—¿Cómo lo pueden asegurar? Apenas y me habló hoy.— Mencioné acomodando mis lentes, las chicas se vieron entre si.

— Bueno, espero equivocarme. No te enojes, minion.— Cortó mi hermana la conversación, lo agradecí. Todas empezamos a caminar a la pizzería.

— Ahora a comer, tengo hambre y falta comprarte ropa y unas cuantas tangas.— Detuve mis pasos en seco viendo la espalda de mi hermana, la cual giró al ver que no caminaba.

—¿Qué? ¿Tangas? ¿Enloqueciste?— Exclamé rápidamente moviendo mis manos.

— Claro que no. Te conozco y apuesto que andas un pinche calzón de anciana.— Abrí mi boca sorprendida, mientras quitaba el elástico de mi falda para ver mi ropa interior.

La lista || TerminadaWhere stories live. Discover now