Capítulo 16

9.6K 677 376
                                    

Cantamos nuestra canción, sin darnos cuenta que nos decíamos adiós.

Pov Poché.

No podía digerir lo que estaba pasando, mi mundo se había detenido enfrascándose en este instante, lo peor de todo es que yo solo quería huir.

Tener algún tipo de poder y no recordar lo mucho que lloré porque mi madre nos abandonó.

— Lárgate.— Salí de mi trance al oír la voz dura de Valentina, tragué grueso viendo los ojos de mamá.

— Por favor, escuchenme.— Rogó mamá, intentando entrar a la que un tiempo fue su casa tiempo atrás.

— No tienes derecho, lárgate.— Escupió Valentina, acercándose a mi abrazándome, yo estaba muda.

— Por favor-

—¡No! ¡Lárgate!— Gritó mi hermana con rabia y dolor.

Sin darme cuenta empecé a sollozar, recordando de golpe mi infancia. Había olvidado lo doloroso que fue la partida de mamá, el cómo sus recuerdos los tenía en un rincón oscuro de mi cerebro.

— ¡No vengas cómo si nada pasó cuándo dejaste a tu familia por tu amante!— Vociferó mi hermana, me aferré a ella sin poder detener mis lágrimas.

— Vete, por favor vete.— Rogué apretando la camiseta de Valentina, ella me estrechó contra su pecho.

— Hijas, fue un error.— Cerré mis ojos y negué con mi cabeza contra el pecho de mi hermana.— Por favor, les imploro que me perdonen.— Añadió con voz temblorosa.

— Ya es muy tarde, Martha.— Contestó mi hermana con el cuerpo tenso.

— Vete, vete, vete.— Lloré con mis ojos apretados, queriendo que fuera un mal sueño y mi estaba no estuviera aquí.

— Calma, Poch... Estoy aquí.— Murmuró Valentina, sobando mi espalda.

Un silencio sepulcral llegó a la casa, abrí mis ojos y a lo lejos miré a Laura con Paula, quién solo me observaban con pena, me aferré a mi hermana sintiéndome tan chiquita y desorientada.

Me volvía a sentir cuando ella se fue, cuando yo sufrí tanto. Solo tenía 8 años, era una niña junto a Valentina y a ella no le importó para irse con su amante.

—¿Martha?— Me separé de mi hermana y ví a papá que venía llegando de su trabajo.

Por la cara de papá pasaron tantas emociones en una fracción de segundos.

— Juan Carlos...— Murmuró mamá, limpiandose sus lágrimas.

—¿Qué haces aquí?— Inquirió papá con asombro en su voz.

El fijó su vista y nos vió a Valentina y a mí, su cara cambió a un gesto preocupado, miró a Valentina y después a mi.

— Poché, hija-

Lo interrumpí y me abracé a él, cómo si mi vida dependiera de ello.— Papito, ella no está aquí, ¿Verdad?— Pregunté en un hilo de voz.

— Tranquila, Poch.— Habló Valentina, en un susurro roto, acariciando mi cabello.

— Martha, vete por favor.— Pidió papá, abrazándome con fuerza.

— No lo haré, vengo a recuperar a mis hijas.— Respondió mamá con determinación, negué con mi cabeza.

— Vete, vete...¡Vete!— Estallé viendo su cara, ella me vió asombrada.—¡A ti te importó una mierda dejarnos!— Escupí con resentimiento y enojo.

La lista || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora