Capítulo 15

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Latidos desesperados buscando paz al susurrar tu nombre.

Pov Poché.

¿Por qué le había dicho si?

¿Por qué con ella dejaba de pensar con racionalidad?

¿Por qué Daniela Calle ponía de pies mi alrededor?

Un escalofrío invadió mi cuerpo cuando sentí su mano apretar mi muslo desnudo, claro el vestido lo tenía en la cintura y ella tenía total acceso a tocarme... Y me gustaba que lo hiciera.

Su dientes se aferraron a mi labio inferior sacando un gemido de mi garganta, su respiración agitada chocaba con la mía, inundando mis oídos con una melodía excitante para mí.

Mis brazos arriba de mi cabeza bajaron y se aferraron a la espalda de Calle, en dónde clavé mis uñas ligeramente sacando un gruñido de su boca.

«¿Qué estoy haciendo?» Pensé.

No debía caer en este juego con Daniela otra vez.

— Calle, espera.— Murmuré entre besos, respirando con dificultad y sintiendo mi entrepierna húmeda.

Sus labios se separon de los míos y sus ojos avellanas conectaron con los míos. Ella tragó grueso, su respiración pesada y sus labios hinchados.

— Lo siento.— Mencionó quitando el agarre de mis piernas en su cintura, dejándome en el suelo.

— Creo que...

— Es mejor que te lleve a casa.— Completó rascando su ceja, asentí en silencio.

Daniela en silencio estiró su brazo dándome el incentivo para dirigirme a la camioneta, caminé hasta la camioneta y abrí la puerta del copiloto para entrar en ella. Mi acompañante a los segundos entró en silencio, encendió el motor y arrancó.

(...)

No sabía que había pasado, pero podría jurar que era la primera vez que Daniela y yo no estábamos peleando, el problema es que había un silencio no muy agradable, había un aire espeso que al parecer no se podía desaparecer.

Todo el camino a mi casa fue silencioso, solo se escuchaba el sonido del aire condicionado. Estaba tan quieta en mi asiento que si me movía podía escuchar mis movimientos ante tanto silencio. Después de unos minutos por fin Calle aparcó el coche fuera de mi casa.

— Llegamos.— Murmuró, viendo a la ventana.

— Si.— Musité viendo su perfil, suspiré sintiéndome confundida.

¿Por qué no quería bajar del coche?

¿Por qué mi mente decía una cosa y mi cuerpo pedía otra?

—¿No crees que esto es raro?— Inquirí de pronto, soltando una risa irónica.

—¿El silencio?— Respondió Calle viéndome, miré sus ojos y mi vista bajó a su boca.

— Si, todo está muy raro.— Susurré subiendo mi vista a sus ojos avellana otra vez.

— No lo sé.— Contestó recargando su mejilla en su puño.

—¿Crees que...?— Sugerí indecisa.

—¿Deberíamos...?— Vaciló ella, apretando el timón con sus manos.

Negué con mi cabeza rápidamente, apartando el pensamiento.— No, no, no.— Contesté negando con mis manos.

— Si, sería muy tonto, ¿Cierto?— Replicó Calle con aire burlón, asentí con mi cabeza.

La lista || TerminadaWhere stories live. Discover now