Capítulo 22

10.8K 617 356
                                    

Fuiste mi comienzo... Es injusto que no seas mi final.

Pov Narrador Omnisciente.

2/2

Una chispa, una luz, algo hipnotizante que nos atrae cómo esclavos con grilletes oxidados en las manos y una venda en los ojos, caminando a ciegas solo escuchando el sonido de una voz hermosa cómo si se tratase de una sirena... ¿El amor era eso?

Daniela veía el amor así, pero veía aquellos ojos aceitunados con ese brillo precioso tan atrayentes que alejaba todo pensamiento negativo, no podía alejarse. Para ella María José se trataba cómo si fuese la llama de una vela.

Por más que sabías que ibas a quemarte, siempre intentabas tocar la llama de aquella vela.

—¿Qué te parece?— Inquirió la castaña con una sonrisa.

María José giró su cuerpo y tenía una amplia sonrisa en su rostro, veía aquel mundo de árboles verdes, pasto hermoso, olía a paz y libertad con el sonido de aquella cascada apolínea enfrente de ellas.

— Es simplemente maravilloso.— Respondió María José embelesada, sintiéndose cómo nunca antes.

La pareja había llegado a su destino, destino que solo Daniela conocía. La más alta había traído a su acompañante a una cabaña perteneciente de sus padres no muy lejos de la ciudad.

No muy lejos de ahí estaba un espléndido rió con una hermosa cascada, la castaña había decidido mostrarle la magia de ese lugar a la peliazul, y al ver su reacción sabía que había valido la pena su decisión.

— Me alegra que te guste.— Murmuró Daniela tomando la cintura de María José, pegando su espalda a su pecho.

— Gracias por traerme.— Agradeció la peliazul, recargando su cabeza en el hombro de la castaña y dejar un beso en su mejilla.

Ambas se quedaron en silencio, disfrutando la madre naturaleza, el calor de sus cuerpos y adaptándose a aquellas versiones de ellas mismas tan diferentes, tan atrapantes e hipnotizantes, trayendo consigo mas atracción.

— De verdad me gustas mucho.— Declaró Daniela en el oído de María José, la morena soltó una risita sonrojada.

— Y tú me gustas mucho a mi.— Replicó con una sonrisa, girando su cuerpo y atrapar el cuello de la castaña.

—¿De verdad?— Preguntó la castaña, acariciando la mejilla de su acompañante.

Daniela aún no creía, no caía en cuenta que la chica que vió de lejos, pasó de no soportarla a confesar sin preámbulo que le gustaba y que correspondía sus sentimientos.

— Totalmente, castaña engreída.— Daniela sonreía antes de tomar los labios de la peliazul que le gustaba tanto.

Y ahí dándose un beso, se disfrutaban con un paisaje bello de fondo, sus bocas rozándose con tranquilidad, descubriendo lugares nuevos y complaciendo deseos de su cuerpo.

Mientras una pareja se separaban después de un dulce beso, una sonriente chica iba en busca de su novia con alegría. Había salido de su colegio antes de clase para pasar un momento con ella, momentos que casi no tenían debido a la universidad de la otra chica.

Laura estaba muy entusiasmada con la hermana de su mejor amiga, no sabía cómo aquél sentimiento había nacido entre ambas, pero cuando aquella chica la hizo reír y después le robó un beso, no hubo vuelta atrás.

Laura llegó al gran plantel de la universidad, había ahorrado dos mesadas dadas por sus padres para invitar a comer a su novia y luego ir a algún lugar cercano, pero para eso sabía que tenía que esperarla.

La lista || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora