Capítulo 14

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Besos sabor miel que se convirtieron en un doloroso adiós.

Pov Poché.

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Me miré al espejo y arrugué la cara disgustada, ladeé la cabeza viéndome al espejo y negué con mi cabeza, resoplé y me di la vuelta para encontrarme con mi jurado personal.

— No me gusta.— Mencioné rascando mi cuello, la tonta ropa me picaba.

— A mi tampoco.— Contestó Paula sacando la lengua, haciendo una mueca de asco.

— Se ve muy elegante. Ni que la lleve a tomar café a París.— Acotó mi hermana, asentí con mi cabeza lentamente.

—¿Me llevarás a París algún día?— Paula y yo rodamos los ojos, escuchando a Laura encima de las piernas de mi hermana.

— Si, preciosa.— Aceptó Valentina, negué con mi cabeza.— Solo déjame vender un riñón.— Añadió acariciando las piernas de Laura.

— Ay no.— Laura protestaba y hacía un puchero.— Yo no quiero que te falte algo.— Añadió acurrucándose en Valentina, bufé.

— Si, pero ire-

—¡Aló! ¡La de la cita soy yo!— Interrumpí los arrumacos de Valentina y Laura, moviendo mis brazos al aire.

— Ay es verdad.— Soltó Valentina, Laura asintió con su cabeza encima de ella, resoplé.

Había esperado toda la semana para que finalmente llegara este día, hoy era mi cita con Lucas y estaba nerviosa, además de ansiosa porque no encontraba el atuendo perfecto.

Quería que todo saliera perfecto, no quería perder está oportunidad, estaba a punto de salir con el chico que me gusta hace 4 años, era más que obvio que quería que todo saliera más que bien.

— Ayúdenme.— Mencioné a mis mejores amigas y hermana.— Lucas pasará por mi en un hora y yo no sé que ponerme y, y...

— Poch, relaja las nalgas.— Paula me tomaba de los hombros, suspire.

— Estoy nerviosa.— Confesé mordiendo mí labio inferior ligeramente, Paula sonrió.

— Con cualquier cosa te ves hermosa, mira que el culo te ha crecido y de paso tienes abdomen de lavadero.— Solté una risita, viendo cómo Paula alzaba sus cejas pícaramente.

— Bendito ejercicio.— Alabó Laura, reí negando con mi cabeza.

— Pero lo importante no es el físico, hermanita.— Mencionó mi hermana, fruncí el ceño.

—¿Ah no?— Pregunté viéndolas a todas, ellas negaron con su cabeza.

— Lo importante es cuánto te ames a ti misma ¿Ok?— Preguntó Paula, ella sonrió y me giró para verme al espejo.—¿Te gusta la nueva Poché de ahora?— Inquirió recargando su mentón en mi hombro.

— Mucho en realidad.— Confesé con una pequeña sonrisa, viendo mi reflejo en el espejo.

No podía negarlo, me sentía más atractiva, sin embargo algunas veces mi inseguridad me ganaba, pero lo importante era que cruzaba el bache y seguía amándome aún más.

No había mejor cosa que, verte al espejo y no odiar tu reflejo.

No odiar tu cuerpo y sentir una inmensa felicidad que te dan hasta ganas de llorar. Cuando llegabas a ese punto, sabías que habías logrado la meta de amarte sin importar cómo eres.

—¿Lo ves?— Murmuró Paula sonriente.— Toda la belleza está en el interior.— Añadió tocando mi pecho, sonreí.— Y si Lucas te vió cuando no eras está nueva Poché, no le importará ahora.— Finalizó dándome una nalgada juguetona, reí.

La lista || TerminadaWhere stories live. Discover now