Epílogo

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Promesas de amor rotas y pisoteadas por las sombras de sus mentes.

Pov Poché.

Si, definitivamente mi día no iba bien y sentía que tenía ganas de llorar, tal vez si huía muy lejos y estaba de bajo de una estúpida roca, la vida deje de ensañarse conmigo.

Y dirán: oh, Poché, ¿Pero qué pasa para qué digas eso?

¡¿Qué que me pasa?!

Bien, hoy es 31 de octubre, si, es halloween pero también mi cumpleaños, un día muy especial para mí ya que amo mi cumpleaños, no puedo negarlo.

Hoy cumplía 24 años, pero existe un gran pero, según yo iba a ser una fiesta muy genial de disfraces con mis amigos, comida por todos lados y alcohol. No soy fan de la bebida, pero necesitaba emborracharme justo ahora.

Resulta que mis amigos olvidaron mi cumpleaños, genial ahora lloraré otra vez.

Mi novia está en otro continente compitiendo con chicas igual de lindas que ella y yo estoy en una estúpida oficina rodeada de un mundo de papel.

— Odio todo.— Murmuré quitando mis lentes y hacer un puchero.— También odio mi trabajo.— Añadí soltando un resoplido.

Amaba los números y la contabilidad, pero mi jefe era un grano en el jodido culo, del cual no me podía deshacer. Mi jefe era un idiota, le importó un carajo que hoy tenía que trabajar hasta medio día, en vez de dejarme ir me dió más trabajo.

“Eres buena, terminarás rápido. Si no lo haces te despido”

— Estúpido, ojalá te pase un camión encima y me den tu puesto.— Me tapé la boca y negué con mi cabeza.

No era de buenas personas pedir los males ajenos, miré al techo y junté mis palmas.

— Diosito, perdón.— Me disculpé.— Pero hazme el favorcito de ser jefa.— Hice mis dedos en cruz besandolos y alzarlos al aire.

Tal vez mi mal humor se debía a mi cumpleaños fallido, mi tristeza al ser olvidada el día de hoy y porque... Necesitaba sexo. Si, necesitaba a mi novia.

No era fácil estar lejos de ella por un año entero, es decir, Calle tuvo que irse de gira a varios países para seguir sus torneos, claramente yo tuve que volver. Tenemos una relación a distancia, no me desagrada porque la amo con todo mi ser, pero hoy era un día donde la extrañaba demasiado.

Habían pasado muchas cosas en mi vida, debo de admitir que superar la muerte de Lizzie no ha sido fácil, era mi hermana y los pocos momentos que vivimos fueron increíbles. Por suerte había conseguido que ella fuera sepultada a lado de su madre aquí en Colombia.

Iba a visitarla dos veces meses al mes, al igual que papá le dejaba flores y hablaba con ellos, pero sabía que estaban cerca de mi en dónde estuviera.

Después de todo lo sucedido, me costó mucho asimilar mi realidad, un padre biológico loco, una hermana, el hombre que ví cómo mi héroe muerto y muchas cosas más. Al menos con mi psicóloga había aprendido a controlar mis emociones respecto a esos temas.

Había perdonado a mi mamá, después de todo ella también sufrió, a su manera pero lo hizo, se puede decir que estamos llevando una relación estable con ella, Valentina también la había perdonado.

Y César... Bueno, de él no sé nada, solo recuerdo la última vez que lo ví.

Flashback.

Me senté en aquella silla, viendo la división con el panel de vidrio que separaba a los visitantes y los encarcelados en aquel lugar. Las puertas se abrieron y César salió con un traje rojo, sus manos esposadas y pies también.

La lista || TerminadaWhere stories live. Discover now