Capítulo 13

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Fui tu primer amor, pero no tu amor verdadero.

Pov Calle.

Horas antes.

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Llené de aire mis pulmones y pasé una mano por mi frente sudada, necesitaba una ducha odiaba sentirme transpirada. Me dirigí a mi casillero de los vestidores y saqué una toalla, una sonrisa apareció en mi rostro al ver el cuaderno de Poché.

«Tengo que buscar a esa enana peliazul» Sonreí con picardía.

Tomé mi toalla y la puse en mi hombro, me dirigí a las duchas y por suerte estaba solo. Quité mi ropa de golf y la tiré a un lado, salí de mis bragas y sostén para finalmente abrir la ducha y meterme bajo ella.

Cerré los ojos disfrutando el agua recorrer mi cuerpo, refrescandome y sintiéndome menos sucia, tomé un poco de shampoo y lo empecé a regar por mi cabello hasta que hizo espuma. Estaba concentrada hasta que sentí un roce recorrer mi espalda.

Con los ojos con algo de espuma me giré para ver que había sido eso, abrí mis ojos sorprendida cayendo shampoo directamente en mis ojos.

—¡¿Rebeca?! ¡¿Qué mierda haces aquí?!— Espeté furiosa, intentando buscar la toalla, pero no estaba.

—¿Buscas ésto?— Enjuagué mis ojos con agua para enfocar mi vista ardosa.

—¡¿Renata?! ¡Joder, tú y tú hermana están locas!— Grité tapando mis partes íntimas con mis manos, Renata rió mordiendo su labio inferior.

— Rebeca no mentía cuando decía que eras un bombón.— Rodé los ojos acercándome a ella y tomar la estúpida toalla, ella se alejó.

— Ajá si, eso lo sé.— Dije con simpleza apretando los labios, Renata rió coqueta.— Dame la puta toalla.— Añadí con los dientes apretados, no quería que está loca me viera desnuda, o bueno por completo.

—¿Y si no quiero?— Murmuró acercándose a mi, me alejé.

— No me hagas golpearte, niña.— Amenacé llenandome de paciencia, Renata puso la toalla alrededor de su cuello.

— No soy una niña, puedo demostrarlo.— Contestó mordiendo la punta de su dedo coqueta, rodé los ojos.

— Aléjate, diablo.— Repliqué furiosa.— Suficiente tuve con tu hermana.— Añadí con obviedad.

— Vamos, Calle. Solo un buen rato juntas es lo que pido.— Pidió Renata acercándose a mi, resoplé y me alejé al otro extremo.

— No. Ahora dame la toalla.— Exigí molesta, Renata sonrió.

— Mejor empecemos la fiesta.— Susurró sonriente, quitando su blusa y pantalones. Tiró la toalla lejos y lo agradecí.

—¿Qué mierda haces?— Hablé molesta, Renata empezó a tocar su cuerpo.

—¿Y si me tocas en vez de hacerte la difícil?— Inquirió colando su mano por su ropa interior empezando a tocarse.

— Malditas locas.— Murmuré yendo por la toalla, quitando mi brazo de mis pechos y tomarla.

—¡Ah... Calle!— Gimió Renata, me di la vuelta para verla y no podía creer que se estaba masturbando.

—¡Hey!— Escuché una voz, rápidamente me giré y abrí mis ojos cómo platos.

—¿Poché, qué-

— Es prohibido tener sexo en los vestidores, te lo dejo cómo dato.— Me interrumpió rápidamente, negué con mi cabeza.— Bye.— Añadió y se fue de ahí.

La lista || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora