La lista || Terminada

Capítulo 17

Cómo en invierno dándonos besos sabor a frialdad y desprecio.

Pov Poché.

A veces en la vida, no sabemos que palabras pueden salir de la boca de alguien, porque al momento de que las dicen tienden a tocar muchas emociones, felicidad, tristeza, agonía, irrealidad, entre otras.

“Tú me gustas, tú me gustas, tú me gustas”

Las palabras que me había dicho Calle se repetían en mi cabeza cómo un CD rayado, sin embargo no sabía que decir o responder ante tan grande confesión.

¿Era real?

¿La chica más deseada de muchas me estaba diciendo que yo le gustaba?

¿Cómo era posible?

Sin poder evitarlo me alejé de ella y solté una risita sin poder creerlo, Calle ladeó el rostro con el entrecejo fruncido.

—¿Qué es lo gracioso?— Inquirió con mirada confusa.

—¿Es una broma, verdad?— Respondí con otra pregunta, Calle arrugó el rostro.

—¿De qué hablas?— Replicó con voz dudosa, negué con mi cabeza.

— De que te gusto.— Hablé con voz evidente, Calle alzó sus cejas.

— Pero que-

— ¿Hiciste una apuesta? ¿Me estás jugando una broma o algo así?— Cuestioné cruzandome de brazos, Calle frunció los labios.

— No, María José. Te estoy diciendo la verdad, tú me gustas.— Habló con seriedad, acercándose a mi, reí irónica.

—¿Y esperas que te crea?— Pregunté con voz sarcástica, Calle pasó una mano por su cara.

— En realidad si.— Habló viéndome con intensidad, la ví totalmente desconfiada.

—¿Esperas que le crea a alguien que me propusó cumplir mi lista de fantasías?— Sugerí con voz satírica, ella me vió escéptica.

—¿Hay algún problema?— Replicó apretando la mandíbula.— Me gustas, me atraes, el sexo no es relevante en este momento.— Añadió con solidez a lo que me decía.

— Por favor, Calle.— Hablé mordaz, dándole la espalda.— Eres una mujeriega, andas de falda en falda, ¿Y te vas a fijar en mi?— Agregué girando mi cuerpo y alzar una ceja.

—¿Entonces no me crees por qué salía con chicas?— Mencionó con semblante irritado.

— Mejor dicho sigues saliendo.— Afirmé con certeza, viendo sus ojos.

Sabía que Daniela no podía estar solo conmigo. Lo veía algo tan lejano, simplemente imposible, sus actitudes eran de alguien no fiel.

—¿Por qué afirmas que he estado con alguien más después de ti?— Escuché su voz con una pizca de indignación en ella.

—¿Lo vas a negar?— Cuestioné con aire divertido, Calle apretó los labios.

— Si, te lo niego.— Confesó dejándome sorprendida.— No he estado con nadie.— Añadió con seguridad, enchiné mis ojos.

—¿Y esperas que te crea?— Pregunté guardando mis manos en los bolsillos de mis jeans, ella negó con su cabeza.

—¿Qué diablos te pasa?— Respondió con molestia, me encogí de hombros.— ¿Acaso mi palabra no tiene valor para ti?— Inquirió estirando sus brazos, esperando una respuesta.

— Las acciones dicen más que las palabras.— Respondí sin más, soltando un suspiro.

— Increíble...— Susurró Calle, dándome la espalda.