La lista || Terminada

Epílogo extra

Mis latidos aún susurran tu nombre en días de insomnio.

Pov Calle.

9 años después/ Caché home.

Me tiré en el sofá y solté un suspiro cansado, viendo cómo mi hija corría alrededor del sofá riendo a carcajadas por el juego que inventé para que me diera un descanso.

—¡¿Mamá, sigo corriendo?!— Gritó Chloe.

— Oh sí, cariño.— Solté un suspiro.—  Serás una gran atleta.— Murmuré divertida.

—¡Wujuuu!— Celebró mi hija.

Iba a matar a mi esposa, se había atrevido a dejar con el pequeño diablo digo... Con mi pequeña y preciosa hija sin decirme nada.

Algo mareada por sus vueltas alrededor del sofá la detuvé interponiendo mi brazo en su camino.

— Ven acá, pequeña.— Mencioné alzandola en el aire y tirarla en el sofá haciéndole cosquillas.

—¡No, mamá! ¡Cosquillas no!— Pedía retorciéndose, reí.

—¡Tengo hambre guaaar!— Rugí divertida.—¡Te comeré esa pancita!— Exclamé subiendo su pequeña camiseta rosa.

—¡Pancita no!— Exclamó mi hija soltando carcajadas que llenaban mi alma de felicidad.

Mi hija reía a carcajadas mientras hacía gases ruidosos en su estómago, ella se retorcía y yo sostenía sus pequeños pies riendo con ella. Dejé de hacerle cosquillas a mi pequeña rubiecita y dejé un sonoro beso en su frente.

— Anda, ve a tu habitación para darte un baño.— La bajé del sofá y ella me abrazó.

— Te amo, ma.— Susurró en mi oído.— ¡Muack!— Dejó un beso en mi mejilla y se fue corriendo.

Esbocé una enorme sonrisa sintiendo el inmenso amor que tenía por mi pequeña.

Chloe Calle Garzón era una pequeña rubiecita de 7 años, esa pequeña entró a nuestra vida para darnos una inmensa luz y felicidad. Poché y yo al tener 2 años de casadas, decidimos adoptar a ese pequeño ser hermoso.

Recuerdo que mi esposa y yo no teníamos planes para tener bebés, pero cuando una pequeña criatura de pañal y su dedo dentro de su boca chocó conmigo en una cita con mi esposa, sus ojos miel nos enamoró.

Poché y yo reíamos saliendo de aquél restaurante, ella tomó mi mano y me jaló para darme un tierno beso, sonreí al separarme de ella y rozar su nariz con la mía. Entrelazanos nuestros dedos con una sonrisa.

Nuestros anillos de boda complementándose cómo ella y yo.

— La cena estaba deliciosa, amor.— Comentó mi esposa con una sonrisa.

— Te dije que el lugar era muy bueno, preciosa.— Llevé su mano a mis labios para besarla.

— Debemos volver.— Detuvó sus pasos y rodeó mi cuello con sus brazos, sonreí.

— Cuando quieras.— Respondí acariciando su mejilla.— Solo estoy para cumplir los deseos de mi hermosa esposa.— Añadí viendo sus ojos.

Mi esposa sonrió antes de besarme, sus labios se unieron con los míos y nos besamos con lentitud, con el amor que aún sentíamos la una por la otra.

Poché rió al sentir mis manos en su trasero, sonreí con picardía succionando su labio inferior. La seguía besando hasta que algo chocó conmigo, extrañada me separé de Poché y ladeé la cabeza al ver a una pequeña niña.