Capítulo 4

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Estábamos escribiendo nuestra historia, pero no nos dimos cuenta que era en la última página.

Pov Poché.

Ladeé el rostro confundida viendo la imágen frente a mi, volví a girar la cabeza intentando entender. ¿Cómo no se cansaban? ¿Adónde tan flexible, mijita? Enchiné mis ojos aún viendo la escena.

¿Ver porno tenía que excitarte? Dios, los hombres son unos monos. A mi no me ocasionaba nada ver a una chica de grandes pechos en la pantalla de mi computadora, mientras un chico hacía una cara rara embistiendola por detrás.

—¡Aaaah! ¡Aaaah! ¡Yes, daddy!

— Por favor díganme que no le acaba de decir daddy.— Mencioné viendo a mis mejores amigas y hermana. Tenía un trauma nuevo.

— Hay personas que les gusta que les digan así.— Explicó Valentina encogiéndose de hombros.

—¿Qué? ¿No tuvo padre para que le diga así a su pareja o qué?— Pregunté torciendo el gesto alzando mis manos.

— Daddy issues le dicen.— Respondió Laura comiendo Doritos.

— Ajá eso.— Señalé asintiendo con mi cabeza.— No tiene sentido no jodas.— Solté una risita aún escuchando los gemidos de la chica en la laptop.

— En realidad excita, depende de la persona también.— Comentó Paula arreglando su cabello.

— Definitivamente no quiero gemir daddy.— Determiné fingiendo que me daba escalofríos, las chicas rieron.

—¿Qué sigue?— Preguntó Laura con los dedos llenos de queso.

— Es que ustedes ven porno hetero, eso es aburrido.— Valentina rodaba los ojos y se paraba del sofá puff de mi cuarto.— Pasa eso.— Me quitó la laptop y se puso a buscar en ella.

Si, eran las 2:00 am y mis mejores amigas y hermana veíamos porno. ¿Por qué? Bueno, seguíamos investigando sobre mis futuras fantasías sexuales, teníamos varias ya, pero según el par de locas con el que estaba eran muy pocas.

Paula, Valentina y Laura al haberse quedado sin ideas, decidieron que ver porno sería una buena rama de sabiduría.

— Esto es más interesante.— Salí de mis pensamientos al escuchar a mi hermana.

Valentina expandió la pantalla de la computadora, la acomodó en mi escritorio y quedó esperando. Sentí a Paula y a Laura ponerse detrás de mi espalda. La imágen de dos chicas se hizo presente.

—¿Qué están haciend... Oh.— Exclamé ladeando la cabeza hacia un lado.

— Yo también quiero ese sueño, Don Pool.— Mencionó Paula entretenida, viendo la pantalla de la computadora.

— La vas a matar, perro.— Exclamó Laura sorprendida.

— Y ése es el conocido 69, queridas.

—¡Shhh!— Silenciamos a mi hermana aún viendo la imágen de ambas chicas.

Una rubia gemía contra la vagina de una pelirroja quién estaba muy entretenida explorando su vagina también, ambas estaban en una posición que se veía incómoda, pero al parecer ellas lo estaban disfrutando mucho.

—¡Yes, baby! ¡Give me more, bitch! «¡Sí, bebé! ¡Dame más, perra!»

—¿Por qué el porno es gringo? Pinches xenófobos.— Comentó Paula apretando su puño con rabia.

— Calla, está interesante cómo la rubia monta a la chica.— Silencié a mi amiga viendo la imágen.

Ahora ambas mujeres estaban en otra posición, la pelirroja estaba acostada en la cama, mientras la rubia estaba encima de ella y movía sus caderas de la otra mujer sin pudor alguno.

La lista || TerminadaWhere stories live. Discover now