Capítulo 5

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Nos prometimos un siempre, pero no sabíamos que no sería juntos.

Pov Poché.

Anoté mentalmente que tenía que pasarme un huevito, así se me iba la mala suerte que tenía junto a las malas vibras que me cargaba últimamente.

Daniela llegó hasta donde estaba, su mirada me recorrió de arriba abajo, me moví algo inquieta por su presencia y acomodé mis lentes, los ojos de Daniela se clavaron con los míos, mojó sus labios y curvó una sonrisa viéndome.

—¿Qué te trae por aquí, enana?— Rodé los ojos y resoplé viendo a Daniela.

— Para mí desgracia tengo que trabajar aquí, jirafa.— Contesté de mala gana, cruzando mis brazos sobre mi pecho.

—¿Irina, ya le mostraste el lugar a las chicas?— Preguntó Daniela a Irina sin dejar de verme.

— No, tengo que confirmar de arriba si van a trabajar aquí.— Contestó Irina, Daniela asintió con su cabeza.

— Yo me encargo.— Daniela sonrió con suficiencia, la ví con mala cara.

— Calle...— Mencionó Irina con voz de advertencia.

— Tranquila, yo hablaré con papá.— Consoló la castaña a Irina, la chica de ojos azules se encogió de hombros.

— Baño público.— Se dirigió a Dallas, el chico rió.— Me acompañaras a dar el tour.— Agregó dando media vuelta y empezar a caminar.

— Huele a lesbianismo.— Comentó mi hermana arrugando su nariz.

— Daaawn, tú y yo nos llevaremos bien.— Irina soltaba una corta carcajada viendo a Valentina, desapareciendo de nuestro campo de visión.

—¡Muévete, enana! ¡No tengo todo el día!— Apuró Daniela viéndome a lo lejos, apreté los labios matandola con la mirada.

«Paciencia, paciencia, paciencia» Decía mentalmente cómo la tormenta en mi mente...¿O era Stormi? Que importa, solo necesitaba paciencia.

— Después de ustedes.— Dallas estiraba su brazo dándonos el paso, suspiré y empecé a caminar.

— Pase lo que pase, no cometas homicidio con Daniela.— Susurró mi hermana a mi lado, chillé los dientes molesta.

— Ni empieces, por tu culpa estoy en esta situación.— Acusé llegando dónde estaba Daniela esperando.

— Para trabajar aquí deben tener una sonrisa y ser amables.— Empezó Daniela caminando a la salida de lo que era el restaurante del lugar, al parecer.

— Así que deja tu cara de chihuahua amargado en tu casa, Garzón.— Añadió girando su cuerpo para verme burlona.

— No me incites a matarte, Daniela.— Murmuré sonriendo falsamente, Daniela se acercó a mi quedando a escasos metros.

— Depende de cómo lo hagas.— Musitó con picardía ladeando la cabeza.

— Tal vez una piedra gigante cayendo sobre tu cabeza.— Contesté con normalidad sin borrar mi sonrisa.

— Con ese tamaño no matas ni a una mosca.— Burló Daniela cruzándose de brazos.

— Las chiquitas son las más peligrosas.— Escuché a Dallas a mis espaldas, llené de aire mis pulmones.

— No la pruebes, una vez casi me saca un ojo con un lápiz.— Acotó Valentina a mi lado.

— A mí no me hará nada.— Contestó Daniela mordaz, rodé los ojos.— Al contrario, yo le haré a ella.— Añadió, rápidamente la ví.

La lista || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora