Los días posteriores al engaño, Laufeyson estuvo pensativo con todo lo que había pasado. Iba casi en piloto automático, excepto cuando lo tocaban. Se había perdido una de las partes finales del engaño por estar durmiendo, y esperaba que todo estuviera yendo bien. Le había parecido que el padre de Kevin había salido enfadado de la reunión con Samael, así que creía que no había ido bien ya que ellos no escucharon nada des de fuera de la sala.
Esa noche, viéndose incapaz de descansar otra vez, bajó al piso de abajo y cogió una cerveza de la nevera. Procuró no despertar a Jotunheim, quien se había dormido en el sofá con la pequeña en brazos y la televisión encendida.
– ¿Todo bien, Lafi? – le preguntó Jotunheim cuando aún no había subido las escaleras para ir a su habitación, asustándole.
– No me asustes así.
– Creía que no te gustaba la cerveza negra.
Laufeyson miró la cerveza que tenía en la mano y suspiró. Se sentó al lado de Jotunheim, dejando la cerveza encima de la mesa. Jotunheim seguía con los ojos cerrados y con su hija durmiendo sobre su pecho, ambos con la piel azulada.
– No me habría dado cuenta hasta que no me la hubiera bebido – dijo Laufeyson.
– Ya lo sé. Llevas unos días en piloto automático. ¿Qué ocurre?
– Nada.
– Uno no va en piloto automático si no le pasa nada. Sabes que me lo puedes contar.
– Li siento. El engaño no salió como esperábamos por mi culpa. Me bloqueé, y al final lo hiciste todo tú.
– Lafi, tranquilo. Son cosas que pasan. Aún estás aprendiendo. El engaño salió bien, no te preocupes.
– Pero los padres de Kevin...
– Eso era cosa de Samael y María, y salió bien. Sí, lo organizamos Erik y yo, pero a ti te habrían faltado esos contactos. Y ya estaba fuera de nuestro plan para capturar a Marcus.
– Siento no poder ayudaros más... Si tan solo fuera un poco más como tú...
Jotunheim abrió los ojos y le miró. Lo notaba distraído, inquieto, completamente ajeno a lo que pasaba a su alrededor y, por encima de todo, inseguro consigo mismo. Laufeyson estaba mirando al suelo con los ojos llorosos.
– Puedes serlo, pero requerirá cierto trabajo por tu parte – le explicó Jotunheim –. Eres más joven que yo y has tenido una experiencia de vida muy diferente a la mía. Si yo hubiera crecido en un palacio como príncipe no sería ni la mitad de lo que soy ahora. Ya has visto cómo de rápido me transformo, escondo mi verdadera edad a aquellos que no conozco demasiado y soy capaz de detectar las emociones de aquellos que me rodean con los ojos cerrados. Por eso te iba molestando con el tema sexual una y otra vez, para ver como reaccionabas y tener un plan alternativo. Estabas incómodo desde el primer momento, sólo de ver que eras incapaz de encontrar una solución diferente a la de seducir al objetivo, e iba incrementando a medida que llegaba el momento. Intentaste calmarte, lo vi, pero no pudiste. Y al final colapsaste. Por eso tenía a Siff de reserva, para lo que pudiera pasar. Te conseguiste calmar cuando activé el plan F, porque sabías que saldrías de esa situación. Y Siff ya me contó que esa noche estuviste muy tenso y te costó mucho relajarte. Por eso dormite tanto y no supiste qué pasaba.
– Seguro que tú lo habrías hecho mucho mejor sin depender de mí.
– No necesariamente. Además, me diste la oportunidad de hacer un papel más adulto. Uno que no fuera la duquesa, y en un contexto muy diferente. ¿Terminé manteniendo relaciones con el objetivo igualmente? Sí, pero eso fue porque yo quise. Y, chico, de la que te libraste.

VOUS LISEZ
El Lokiverso: Un mundo extraño
Fiction généraleDespués de escaparse de la prisión de la TVA y robar una tempad, Loki fue saltando de línea temporal en línea temporal hasta que llegó a una que desconocía por completo. Esta historia contiene información de una novela que estoy escribiendo, y ocurr...