Capítulo 14. McGonagall vs Maggie y los Merodeadores (Parte 1).

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1978.

—Todo saldrá bien.

—Perfecto, sólo necesitamos a ayuda de nuestro pequeño diablillo.

—¿En dónde se habrá metido nuestra niña? —preguntó James. Sirius soltó un suspiro y sonrió.

—Tengo varias ideas del lugar en el que puede estar... —Potter le lanzó una sonrisa perversa—. Sólo sígueme.


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—Oh... ¿Y entonces?

—La muerte les concedió el privilegio de escoger cualquier objeto que desearan.

—¿Cualquiera?

—Exactamente —Remus sonrió y revolvió el cabello negro de la pequeña, quien permanecía recostada sobre él. Ambos yacían bajo un enorme árbol (de hecho, el árbol de recuerdos del director y la subdirectora) mientras presenciaban la culminación de la tarde. Maggie volteó ligeramente la cabeza y observó ansiosa a Remus con sus enormes ojos verdes. Él sonrió de nuevo.

—Y... ¿Qué escogieron?

—El mayor de los hermanos optó por escoger la mejor varita posible; la más poderosa de todas —Maggie abrió la boca impresionada pero no logró decir nada—. El segundo hermano —continuó Remus— decidió escoger una piedra mágica, la cual tendría la capacidad de revivir a los muertos.

—¡Podría revivir a Pinky si tuviera una piedra como esa! —exclamó la niña de repente.

—Espera... ¿Pinky?

—Sí... Pinky —explicó la pequeña. Su rostro se ensombreció ligeramente—. En un cumpleaños papá me regalo una tortuguita llamada Pinky...

—¿Y?

—Me senté sobre ella y la ahogué.

Remus soltó una risita y abrazó a Maggie, ella sollozó un poco.

—Pobre Pinky... Pero ahora está mejor.

—Eso dijo mamá... —murmuró la niña— pero a papá le causó mucha gracia... Pasó semanas haciendo chistes malos de Pinky y como trágicamente fue a dar al cielo.

—¿Chistes de una tor...? Bueno, no quiero escucharlos... Mejor prosigamos con el cuento.

—Sí... es mejor.

—Y entonces...

—¡Oh sí! ¡El tercer hermano!

—Exacto. El tercer y último hermano —prosiguió Remus— Decidió escoger nada más y nada menos que...

—¡Una capa invisible! —chilló la niña de repente.

Remus calló y entrecerró los ojos.

—¿Quién te lo dijo? Oh no, espera, no me digas que...

—Ajá.

—Pero... ¿Es en serio?

—Sep.

—Hasta la mostraron... ¿Cierto?

—Es correcto.

—James y Sirius siempre tienden a arruinar momentos bonitos como este... —susurró el castaño. Volteó su rostro por un momento y observó dos figuras acercándose.

—Ah, lo sabía, hola Remus —saludó Sirius.

—Qué hay, Lupin —saludó James—. Hemos venido a llevarnos a nuestro pequeño demon... eh, digo, a Maggie.

Inmemorables Recuerdos {Harry Potter/MMAD}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora