Capítulo 18. Una lluvia de recuerdos.

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Nota: éste capítulo se basa en varios recuerdos juntos. Las fechas cambiarán conforme vayan avanzando. ¡Espero que lo disfruten!



1973.

—¡Albus! ¿En dónde metiste a la bebé?

—Eh...

—¿En dónde está Maggie?

—Pues... estaba jugando con ella y...

—¿Y? —la mujer frenó sus pasos y le lanzó una mirada furiosa.

—Fui por unos dulces... Y... Pues...

—Dumbledore...

—La perdí de vista y se me escapó... creo que se fue gateando. ¡Vaya que es rápida!

—¿Que hiciste...? ¡¿Qué?!

—No te preocupes, Min, no es nada... Yo...

—¡¿CÓMO SE TE OCURRE DEJARLA SOLA PARA IR POR CARAMELOS, ALBUS DUMBLEDORE?!

—Eh...

—¡¡Tiene sólo un año!!

—La vamos a encontrar... ya verás... Mi intuición no me falla...

—Oh no; por supuesto que vamos a encontrarla, cariño —la mujer dio un peligroso paso hacia él y lo arrinconó en la pared. Sus ojos echaban chispas. Dumbledore palideció—. Pero, si mi Maggie no aparece pronto...

—Oh no, no, pfff no, Min; ella aparecerá pronto... —él rápidamente logró zafar sus peligrosas manos de su atuendo y se alejó un poco de ella. McGonagall se cruzó de brazos—. Yo me encargo, ya verás...

—No, no, pfff, por supuesto que vas a encontrarla primero que yo —dio otro paso hacia él y Dumbledore retrocedió de inmediato. Podría ser el mago más poderoso de todos los tiempos, pero nadie podía combatir la furia de una madre enojada; y más si se trataba de Minerva McGonagall—, porque si yo la encuentro antes... —Dumbledore hizo una mueca.

—No, no... Yo la encuentro, Min... —la mujer entonces retrocedió aún mirándolo fijamente—. Pronto estará aquí... No pudo haber ido muy lejos...

—Eso espero, Dumbledore... —él sabía que cuando era llamado por su apellido las cosas no iban bien, por lo que se apresuró a salir de la habitación en búsqueda de la escurridiza bebé. McGonagall sonrió satisfecha por su reacción, aunque aún estaba molesta—. Eso espero...



• • •

1974.

—Mi pequeñita...

Comenzó Minerva.

—De ojos verdes...

Complementó Albus.

—Pequeña esencial...

Ambas cálidas voces se unieron para crear una agradable melodía. Maggie sonrió y comenzó a moverse torpemente en su cuna mientras observaba a sus padres cantándole. ¡Cómo amaba aquello!

—Unas cuantas pecas...

Prosiguió Albus suavemente mientras se inclinaba en la cuna para alzar a Maggie. La pequeña sonrió.

Inmemorables Recuerdos {Harry Potter/MMAD}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora