Capítulo 24. La Tragedia III. Recuérdanos siempre

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»Recuérdanos siempre.

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»Si deseas puedes reproducir la canción en cuanto aparezca un asterisco (*) entre el capítulo.


—¡MAMÁ!

—Nadie volverá a hacerte daño, Maggie.


—A-Albus...

Respirar dolía. Sus entrañas ardían.

—Aún recuerdo el día en el que te conocí... —Susurró él. Ambos se encontraban tendidos sobre el césped, inmóviles y rodeados de oscuridad con los ojos vidriosos clavados en el cielo opaco—. Todo lo que... hicimos... —Sus huesos estaban rotos; la vida abandonaba sus cuerpos con dolorosa lentitud para nunca volver. Tenían la certeza de que Maggie estaría bien y para ambos era suficiente; pero el saber que aquella sería la última vez que se verían frente a frente les partía el alma. A pesar de todo en sus últimos momentos tenían tiempo suficiente para recordar. Lágrimas se desbordaban incontrolablemente de los ojos de Minerva mientras su vida pasaba frente a sus ojos. Albus trató de moverse para alcanzarla, pero para su débil cuerpo fue imposible por lo que únicamente logró extender una delgada mano, la cual rozó los fríos dedos de ella. Minerva, a pesar del dolor, logró estirarse y tomó su mano en la suya. Albus sintió un leve apretón y le devolvió el gesto.

—Al... —susurró ella. Albus volvió a apretar su mano; lágrimas también inundaban sus ojos.

—La primera v-vez que te vi... —Su voz era un leve susurro—. Te veías t-tan bonita... —Ella apretó sus ojos en cuanto sintió otra ola de dolor inundando sus entrañas. Albus lloraba—. M-mi Minerva...

—A-Al...

—No me arrepiento. —Le susurró. Su voz se quebró por un segundo. Minerva abrió los ojos y ladeó su cabeza para intentar ver los suyos.

—Yo tam... poco —susurró ella en respuesta. Aún sufriendo Albus le dedicó una última sonrisa y volvió a apretar su mano. Minerva logró sonreír también al sentir su débil muestra de cariño aún cuando sus entrañas se desgarraban por dentro—. ¿C-Crees que nos volveremos a encontrar? —Logró preguntar. Albus dejó escapar un débil suspiro y asintió con la cabeza, su cuerpo (cada vez más débil por sus esfuerzos) resintió su acción. Minerva también suspiró mientras lloraba y cerró sus ojos—. Te a-amo... —La vida se apagaba en ella y él sabía que no podía evitarlo; su propia vida también escapaba de sí mismo con dolorosa lentitud, por lo que no hizo más que cerrar los ojos y dejarse llevar. Sintió un último apretón de manos por parte de Minerva; lágrimas bajaban por las mejillas de ambos mientras solo escuchaban el débil latido de sus corazones. El lugar estaba en completo silencio y el cielo estaba por oscurecerse. Ambos sabían que la muerte estaba cerca.

—Y-Yo también t-te amo... —susurró él—. No te preocupes... —El apretó su delgada mano una vez más, pero Minerva no respondió ésta última vez. Su corazón se encogió—. Nos volveremos a encontrar... —No pudo evitar soltar un doloroso quejido al apretar su mano de nuevo y no obtener respuesta. No fue capaz de controlar su llanto—. N-No te s-soltaré nunca, M-Min...

(*)

—¿MA? —escuchó él un repentino grito lejano. La voz se fue acercando y apenas logró sentir como alguien se lanzaba sobre él. Logró entreabrir sus cansados ojos con pesadez y encontró a Maggie frente ellos. La niña lloraba con fuerza—. ¿Pa...?

Inmemorables Recuerdos {Harry Potter/MMAD}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora