Capítulo 15. La caída de McGonagall y el juego inesperado (Parte 2).

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Continuación del capítulo anterior•

•McGonagall vs Maggie y los Merodeadores (Parte 2)•






—Y... cuéntame, Maggie, ¿qué te trae por aquí?

La niña mecía sus pies hacia adelante y hacia atrás mientras miraba el té fijamente. McGonagall carraspeó para llamar su atención y la niña dio un salto.

—¿Estás bien, pequeña?

—Eh... —Maggie parecía nerviosa, por lo que la profesora frunció el ceño—. Sí, sí... Estoy muuuy bien.

—"Muuuy" bien ¿eh? —la mujer transformó una pluma que tenía cerca en una pequeña cuchara y comenzó a revolver el té—. ¿Y tu padre? —la pelinegra elevó la mirada.

—¿Pa...?

—Sí, Maggie; tu padre —la bruja mantenía sus ojos clavados en la niña. Ésta cerró los puños y se mordió la lengua para obtener el valor suficiente para poder mirar su rostro—. Estás muy extraña... ¿Me dirás qué ocurre? —y fue entonces cuando le dio un sorbo al té. Maggie no pudo evitarlo y dio una patada de emoción, la cual la recibió el escritorio en el que se encontraba. Minerva enarcó una ceja y miró a la niña, quien ahora le sonreía nerviosamente.

—¿Y qué piensas hacer ahora? —le preguntó la pelinegra con una gran sonrisa. Minerva se encogió de hombros.

—Bueno... —gracias al cambio de tema, McGonagall apartó un poco sus pensamientos suspicaces y se limitó a pensar en qué podría hacer con Maggie—. Si te parece bien, una vez que termine mi té podría enseñarte algunos puntos importantes de la transformación y...

—¡Me parece bien! —chilló la niña, interrumpiéndola. Ansiaba ver cómo terminaban las cosas una vez que se acababa el té, por lo que estaría dispuesta a escuchar lo que fuera acerca de aquella materia.

—Bien. —McGonagall frunció el ceño—. Solo que hay un punto que debes recordar, Maggie.

La niña sintió un escalofrío recorriéndole la espalda mientras todo indicio de emoción abandonaba su organismo. Aquella mirada era tan intimidante que sintió la necesidad de gritar y de salir corriendo. ¿Cómo era posible que su padre lograra manejar aquello?

—¿Q-Qué es...? —logró articular.

No vuelvas a interrumpirme como lo has hecho. ¿De acuerdo?

La niña ahogó un suspiro y asintió con la cabeza. McGonagall le dio un nuevo sorbo a su té.

—Uh, esto está un poco fuerte... —añadió mientras volvía a revolverlo con la pequeña cuchara—. ¿Quieres una galleta?

—Nope, no, no; cómetelas tú, yo estoy bien así.

—Bien... —respondió la bruja entrecerrando los ojos.


• • •

—Sirius... Hey... —James le enterró un codo en sus costillas. El pelinegro se quejó—. ¡Sirius!

—¿Qué quieres?

—¿Qué te parece si vamos un momento a la sala común?

Inmemorables Recuerdos {Harry Potter/MMAD}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora