Inmemorables Recuerdos {Harry Potter/MMAD}

Capítulo 17. La persecución y el baile inesperado (Parte 3).

•Continuación final del recuerdo•

•McGonagall vs Maggie y los Merodeadores (Parte 3)•

—¡SIRIUS BLACK!

—¡ESTOY SORRRDO!

—JAA no lo estás —chilló Maggie soltando una estruendosa carcajada—. ¡Por aquí Ma! ¡Aquí estoooy!

—¡Maggie SHHHH! ¿No se supone que estás de mi lado?

—Eh... Es cierto —vio la sombra de McGonagall en el pasillo—. ¡Mejor no vengas Ma!

—¡Maggie, SHHHH!

—BLACK, ¡VOY A MATARTE!

—¡Ya se le subió a la vieja, Sirius! ¡CORREEE! —chilló James desde lejos.

—¡No le digas vieja a Ma!

—¡No le llames vieja a Minnie, estúpido!

—¡NO ME LLAMES VIEJA, POTTER!

—¡Esa es mi chica! —chilló Albus a lo lejos.

—Okay, okay... —refunfuñó el joven de lentes.

Sirius soltó una carcajada y negó con la cabeza. Maggie en cambio observaba su alrededor con una gran sonrisa.

—¿Adónde es que vamos, Sirius?

—¡Jojo! Ya verás...

—¿Jojo? pffff ¡Pareces un Santa Claus muggle!

—¿Cómo rayos aprendiste eso?

—Eh... —la niña soltó una risa nerviosa—. Es culpa de Pa...

—MAGGIE ¿EN DÓNDE TE METISTE?

—Tenemos que irnos rápido... —exclamó el joven maliciosamente y mientras seguía corriendo con la niña en sus brazos. Luego de un rato, en el que creyeron haber perdido a la bruja entre los pasillos, por fin llegaron a las mazmorras.

—¿Qué hacemos aquí?

—¡QUEEEEJICUSSSS! —gritó el pelinegro.

—Uhg, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? ¡Su nombre es Severus!

—Sí, como sea... ¡EH, PELO GRASIENTO!

—¿Por casualidad andas buscando a Snape, Black? —una pelirroja apareció de repente por los pasillos. Maggie sonrió.

—¡Hola, Lily! —chilló desde los brazos de Sirius mientras agitaba sus manos. El rostro de la pelirroja se suavizó y rio al ver a la niña.

—¡Hola Maggie! —se acercó y le revolvió el cabello—. ¿Qué hace una niña tan adorable con este cretino por los pasillos?

—No es asunto tuyo, Evans. —Bufó Black—. Y sí, estoy buscando a Quej... —ambas lo miraron fijamente con el ceño fruncido—. A Snape, ¿bien? ¿Contentas? Necesito encontrarlo.

—Bien —chocó su puño con el pequeño de Maggie y sin más retrocedió—. Va de camino al Gran Comedor. Se acaba de ir.

—¡Oh Merlín, cierto! ¡Ya casi es hora de la cena, Sirius! —chilló Maggie de repente. Lily asintió y Sirius sonrió de nuevo perversamente.

—Tengo una gran idea —intervino Black—. Bien; gracias por la ayuda, Evans. Ahora, si nos disculp...

—¡BLACK! —gritó McGonagall a sus espaldas. Tanto el pelinegro como Maggie saltaron sorpresivamente.

—¡Adiós, Evans! ¡VÁMONOS MAGGIE! —y sin más salió corriendo nuevamente, ahora en dirección al Gran Comedor. Maggie se aferró a él y le sonrió a su madre antes de desaparecer por el pasillo. Lily permaneció estupefacta en su sitio mientras la malhumorada profesora se acercaba a ella.