Quiero robarme al novio [Terminada]

Capítulo 2.

El cerebro me funcionaba peor que antes y cuando escuché al desconocido decir aquello empecé a sospechar que tal vez estaba en un sueño. En uno de esos sueños con mucho argumento y que terminaba dejando a una bastante confundida. No podía haber otra explicación para eso. Una chica como yo jamás se acostaría con un stripper, jamás lo usaría como única opción para una cita y jamás le pagaría.

—Estás mintiendo —respondí rápidamente porque me negaba a creer que eso pudiera ser posible. Él se rio en mi cara, como si nada hubiera sucedido y comenzó a buscar su ropa, aunque solamente se puso su ropa interior. Yo estaba hecha un caos, confundida y con aquel cheque en mano.

Era muchísimo dinero.

—¿Tengo que renovarte la memoria? —me preguntó dando un paso hacia delante y yo di otro hacia atrás asustada por tenerlo cerca—. Como te dije, hiciste un acuerdo para que esto sucediera porque, según tú, te conoces y sabías que ibas a olvidarte por tomar tanto.

—Yo jamás haría algo así —comenté con total firmeza y él se rio en mi cara, porque prácticamente me había visto hacerlo—. ¡No te rías! Ni siquiera sé tu nombre, ni siquiera... Dios, esto es una locura.

Me senté en la cama con el papel en manos, pero sin poder verlo del todo debido a lo mucho que temblaba de miedo en ese momento. ¿Cómo nadie en la fiesta me había avisado de lo que estaba haciendo? ¿Mi hermana había visto al stripper? Porque sino iba a ser un gran problema también, no podía ir a la fiesta con alguien que le había bailado. Traté de encontrarle otra opción a eso, incapaz de aceptar lo que para él era obvio.

—¿Cómo sé que eres stripper? Tal vez simplemente me drogaste y me trajiste aquí...

—A tu propia casa...

—¡Para robarme!

—¿Por qué te traería aquí para robarte cuando firmaste un cheque para mí? Más consciente sería que tome el cheque y me vaya corriendo —me explicó y yo puse los ojos en blanco porque odiaba que tuviera razón. Se sentó a mi lado y por un momento me distrajo con la cercanía de nuestros cuerpos.

Me daba mucho enojo no recordar nada de nuestra noche, sobre todo, porque no tenía un encuentro sexual desde mi ex, que ahora era el futuro esposo de mi hermana menor. Desde que él se había ido yo me había vuelto una persona totalmente distante con las personas y, obviamente, con el sexo opuesto. No quería conocer hombres por más que mis amigas intentaran presentarme amigos, no quería tener una relación, no quería tener nada. Sin embargo ahí estaba frente a un hombre que juraba haber tenido una gran noche conmigo.

—Deberías relajarte un poco más. Es Allison, ¿no? —me preguntó y yo asentí, todavía presa de mis pensamientos—. Soy Nick. Nos conocimos ayer cuando dejé mi trabajo y te encontré llorando en la puerta del club.

—¿Llorando? Esto no puede empeorar, ¿sabes?

—Ya nos habíamos mirado de más en la fiesta. Entré en el último baile, estabas sola con una chica rubia. La novia se había ido y no había más show, simplemente era la hora de la disco —me contó y suspiré aliviada al saber que Lisa no había visto todo eso—. Bailamos un poco y te dije que tal vez lo mejor es que te fuera a tu casa, estabas muy borracha y hacías locuras. Me insultaste y hablaste algo sobre el machismo... pero me causó gracia porque borracha y todo me respondiste de un modo gracioso. Completamente convencida de lo que decías.

Suspiré y me refregué los ojos del cansancio, era obvio que estaba avergonzada por las palabras que ni siquiera recordaba que existían. No podía creer que eso estuviera sucediendo, pero tampoco servía de nada seguir sintiéndome mal por eso. Tenía que reconocer que lo hecho, hecho estaba.