Capítulo Veinticuatro.

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Estuvimos unos minutos ahí sintiéndolo todo, completamente enloquecida por mis sentimientos y cuando Nick me recordó que teníamos cosas que hacer, le dije que no me importaba. Se comenzó a reír, pero me obligó a darme una ducha con él y lo hice a regañadientes. Me dolían mucho las piernas, pero no dejaba de ser una persona higiénica que necesitaba un baño después de un buen sexo. Así que muy cansada lo hice, aunque bastante me ayudó Nick cuando se bañó conmigo y terminamos a los besos bajo el agua. Sin ninguna intención, era como si nuestros besos y esas caricias fueran los restos de lo que habíamos vivido.

Finalmente nos volvimos a recostar en la cama, aunque yo saqué el cubrecamas y Nick se rio a carcajadas por lo histérica que podía ser con respecto a la higiene. Me gustaba la sensación de mi piel suave y seca sobre su cuerpo y las sábanas. Nick se recostó en el medio de la cama y me atrajo hacia él, envolviendome con sus fuertes brazos. En ese momento tenía ganas de saltarle encima otra vez aunque detuve mis pensamientos, mis piernas me pasaron factura apenas los tuve.

—Eso fue...

—Estuvo bien, esperaba más de un stripper —bromeé al instante y vi como alzaba una de sus cejas, moviendo un poco su cabeza e hizo que algunas gotas de su cabello mojado cayeran en mis ojos. Me quitó aquello con una caricia y me reí un poco cuando su dedo fue hacia mi boca y acarició mis labios rojos de tanto morderlos. En algún momento había sentido sangre y me imaginé que me había hecho daño.

—Vaya, no gritabas lo mismo.

—No fue mal, solo dije que esperaba unos movimientos de cadera que no vi —acoté divertida, en esas bromitas que uno hace luego del sexo con alguien que tiene confianza. No tenía la confianza de Nick que solía tener con Thomas, pero me gustaba creer que me sentía cómoda.

—Para la próxima te prometo un baile —soltó y apoyó su mano sobre mi mejilla, yo fui la que me acerqué a él, buscando besarlo.

De toda mi vida, ese fue uno de los besos más bonitos que di en mi vida. Fue dulce, pero de un modo extraño y sentí que me estaba besando con entusiasmo. Con sentimientos, como si realmente todo lo que habíamos vivido había sido algo especial. Por lo menos para mi lo había sido.

Me quedé dormida entre sus brazos, contenta, en paz y satisfecha por lo vivido. Estaba dormitando cuando escuché el suave ronquido de Nick, que hasta ese momento no lo había escuchado nunca. Me reí un poco y me aferré a él, con esa sensación de que todo estaba bien, que todo tenía sentido.



El teléfono me despertó y por un momento me pregunté en dónde estaba, hasta que comprendí que estaba en la cama del hotel. No había luz del sol y comprendí que nos habíamos quedado dormidos mucho tiempo cuando noté que era de noche. Me costó despertarme, todavía en los brazos de Morfeo, pero el teléfono vibraba insistente en mi mesa de luz y tuve que tomarlo.

La luz de la pantalla me cegó por unos minutos y sin querer rechacé la llamada, aunque no vi de quien se trataba. Se me cayó el teléfono en la cara sin querer por distraída y quejandome de mi tontería, miré las notificaciones que eran un montón. El grupo familiar estaba lleno de mensajes y tenía varias llamadas de mi madre. No pude leer nada porque mi madre volvió a llamarme una vez más. Atendí con la voz dormida, demostrando que estaba haciendo eso cuando me llamó.

—¿En dónde estás, Allison? ¡Estamos buscándote hace horas! —me recriminó mi madre y me refregué los ojos cansada al darme cuenta que había estado durmiendo más de lo que esperaba. A fin de cuentas era entendible con toda la actividad física que había hecho en poco tiempo—. ¿Dónde estás?

Quiero robarme al novio [Terminada]Where stories live. Discover now