Quiero robarme al novio [Terminada]

Capítulo Veintiuno.

Vi en Lisa el terror, vi en los ojos de mi hermana el mío por ser descubierta y me di cuenta que eso me daba ventaja. Sin embargo, al mismo tiempo, vi a mi hermana desesperada y tratando de aferrarse a algo que no tenía sentido. Mi hermana había tenido un novio por un largo tiempo antes de Thomas y se habían comprometido, aunque todo terminó cuando descubrieron que Lisa no podía tener hijos. La hija milagrosa no podía dar milagros, así había dicho llorando frente a mí. En ese momento fue algo tan triste que Lisa cayó en una depresión que me envolvió por completo. Decidió no contárselo a nadie, pero yo era la única persona que lo sabía y escuchaba sus lamentos. A los pocos meses encontró chico nuevo y se le pasó aquella angustia que me dejó realmente mal, aunque ella parecía haberlo olvidado por completo.

Thomas nunca se había enterado de esto porque Lisa nos había jurado que no le contáramos a nadie, así que mi novio en aquel momento no sabía porque yo estaba triste sin ningún tipo de explicación y eso también deterioró bastante nuestra relación. Yo ocultaba el secreto de otra persona, pero al mismo tiempo ese secreto me hacía realmente mal.

No nos dijimos las cosas en la cara y terminamos peleando por eso una noche, aunque no fue el fin de nuestra relación si marcó el camino a eso.

Y ahí estaba mi hermanita, fingiendo que estaba embarazada y llorando frente a mí porque lo había descubierto. No podía creer lo bajo que había caído y que poco le había costado caer.

—¿Se lo has dicho a la familia, Lisa? —le pregunté todavía realmente asombrada por lo que había hecho. Había creado una mentira tan grande que era imposible de soportar por mucho tiempo. ¿Qué iba a decirle a mis padres? Saber la verdad los angustiaría muchísimo y sin contar que todo eso a Thomas le haría realmente daño—. ¿No has pensado en el daño que esto le podría causar a tu esposo? Lo destrozará por dentro si se entera que es mentira...

—Es que... es que...

—No comiences a llorar como niña, Lisa, eso a mí no me causa absolutamente nada. Tienes que afrontar lo que has hecho —le comenté mientras me cruzaba de brazos y trataba de entender su actuar.

Si podía notar que estaba llorando de verdad y que la situación realmente le dolía. Era entendible, había cometido un error tan grave y no importaba si yo era la única que lo sabía, tarde o temprano Thomas lo iba a descubrir. No solamente por lo obvio, sino que tenía que enterarse que se casaba con alguien que no podía tener hijos. Esas cosas se hablaban al saber el destino de uno, no podía guardarlo.

—Estábamos mal... estábamos muy mal, Ally —comenzó a contarme lloriqueando, aunque yo no le prestaba atención a esas cosas—. Comenzamos a pelear mucho y a tener discusiones sobre nuestra relación. Lo nuestro empezó con atracción, con miradas y luego fue sexo sin parar... cuando el sexo se terminó... no había nada ahí entre nosotros. No éramos parecidos, no teníamos cosas en común... simplemente esa piel cada vez que nos encontrábamos...

Tragué lentamente, sintiendo la angustia, la envidia y al mismo tiempo la venganza al escuchar sus palabras. Sabía que ellos dos me habían engañado hasta ese momento y que realmente no tenían una relación perfecta. Conocía a mi hermana y conocía a Thomas para saber que ellos dos no encajaban de ningún modo. Obviamente era el sexo, sino no tenía sentido que estuvieran juntos. Me habían engañado y por un momento casi había caído en sus trampas.

—Y tuve un retraso —soltó con total esperanza. Yo puse los ojos en blanco, a la niña milagrosa le habían hecho creer que podía ser la Virgen María—. Pensé que era un milagro, pensé que realmente podía tener la posibilidad y se lo conté a Thomas. Estábamos muy contentos y nuestra relación volvió a tener futuro. Ahí fue cuando nos comprometimos y decidimos adelantar la boda lo más rápido posible así yo podía lucir preciosa y no una ballena. Pero obviamente cuando fui al médico me dijo la verdad... y ahora no sé qué hacer.