Capítulo Seis.

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—Espera, espera.

Me detuvo en seco cuando Nick me pidió que detuviera mi caminar antes de entrar a la recepción del hotel. Mis zapatos de tacón se clavaron en los adoquines que se abrían paso hasta la entrada y me corrí el cabello del rostro, aunque el viento estaba violento ese verano en Londres. Tomó de mi brazo y dio un pequeño tirón para acercarme a su cuerpo, cosa que no esperaba en lo más mínimo. Nuestros cuerpos chocaron y yo no puse resistencia a eso tampoco. Había algo en él hipnotizante que me dejaba por completo a la deriva queriendo más y más. Un imán, una fuerza capaz de dejar mi mente en blanco como en ese momento.

Me rodeó la cintura con una de sus manos mientras que con su mano libre tomó mi rostro para besarme. No entendía ninguna actitud de Nick, pero me dejé llevar por un momento porque mi boca ya estaba sobre la suya y él estaba entreabriendo mis labios para fundirnos en un beso más intenso.

Me gustaba como besaba, como aferraba su cuerpo al mío gritando seguridad y firmeza. Su beso era intenso, profundo y de esos que te dejan el cabello despeinado y los labios hinchados. Me encontré en un huracán eterno del que no quería alejarme y quería ser arrastrada hasta perderme en algún lado. Su lengua se atrevió a acariciar la mía y me di cuenta que estaba perdiendo el control de mis propios movimientos, pero no me importó. Estaba besando a un stripper como si no hubiera mañana frente al hotel donde iba a casarse mi hermana y el amor de mi vida. Pero en ese momento, atrapada entre Nick y el hotel, sentía que nada tenía sentido más que eso.

Me soltó de un momento al otro, sin ninguna explicación clara, pero no sin antes atrapar mi labio inferior con sus dientes. Me dio una pequeña mordida que me hizo daño, pero un dolor que era más placentero que otra cosa. Solté un pequeño quejido muy parecido a un gemido y él me regaló una sonrisa que hizo a mi entrepierna quemarse por completo.

Busqué aire, todavía atrapada por el agarre en mi cintura y por un momento quise que me tocara, que no fuera un beso. Quería que volviera a morderme, que me besara de ese modo cada vez que quisiera y que hiciera con esa boca las cosas que mi cabeza se estaba imaginando. Estaba que me derretía sola y eso pareció causarle gracia a Nick. Me soltó y me guiñó el ojo, limpiándose sin mucho cuidado su propia boca roja por mi labial.

—Ahí estás mejor. Ahora si luces como una mujer que está siendo atendida por mí.

Dicho eso comenzó a avanzar y tomó mi mano, obligándome a caminar a su lado aunque yo estaba realmente perdida en ese momento. Tropecé de manera torpe al subir los escalones y Nick se burló de mí de un modo que me puso totalmente colorada. Vaya idiota y yo ahí toda sintiéndome una niña tonta.

Entramos finalmente a la recepción y lo primero que vi me dolió. Thomas abrazando a mi hermana con cariño y dejando un beso en su frente. Mi Thomas, el chico que yo había querido para toda la vida y había sido demasiado tonta como para ignorar. Mi Thomas, mi eterno amor estaba en los brazos de la idiota y ladrona de mi hermana. Me dolía, me ardía y estaba lista para la guerra.



Nos registramos en el hotel ignorando a los románticos detrás de nosotros, sobre todo porque yo todavía no me sentía para nada bien con esa visión. No estaba preparada para ver a mi hermana casarse con el amor de mi vida, no importaba quien estuviera a mi lado para demostrar que lo había asumido. Era obvio que no lo había hecho todavía. Le dejé mis datos a la persona encargada y mi identificación, y Nick hizo lo mismo. Estaba bastante silencioso a pesar de sus bromas. Me di cuenta en ese momento que necesitaba de sus bromas más que nunca.

Cuando volvimos a girarnos ya no estaban los tortolitos, sino que estaba mi madre con mis tres tías yendo directamente hacia nosotros. Vi en sus rostros la sorpresa al ver a Nick conmigo y él, siempre tan vivo, apoyó su mano en mi cadera de una manera posesiva que me dio un poco de temor. Temor de todo lo que podía pasar.

Quiero robarme al novio [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora