Capítulo Veintiocho

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Decidimos salir de la habitación luego de un buen rato ocupandola de un buen modo y fue bastante obvio que habíamos estado haciendo cuando ambos aparecimos en la cena con el cabello mojado. Algunos familiares nos observaron, pero a mi no me importó mucho en ese momento. No estaba de humor como para soportar a personas criticando que tenía sexo con mi novio. Falso o no, seguía siendo algo común y odiaba que todos lo vieran como tabú.

—Tu familia es muy anticuada —me comentó Nick mientras se vestía para bajar y me giré para observarlo ante ese comentario totalmente fuera de lugar—. No quiero ofenderte, perdón...

—Está bien, pero... ¿por qué lo dices?

—Porque quieren que tengas novio, te cases y tengas una casita feliz. Al mismo tiempo no puedes demostrar cariño o que has tenido sexo. Funcionan bastante extraño...

—O tal vez tu familia es bastante liberal...

—Puede que sí, solamente me molesta la hipocresía —argumentó y por un momento no comprendí que estaba diciendo. Pero, como cualquier persona que habla mal de su familia, me puse a la defensiva. Nick suspiró y se puso de pie para dejarme un beso en la mejilla, haciendo que calme un poco mi expresión—. Me molesta que te hagan daño, lo que digan de mí me tiene sin cuidado. Me hace enojar que te miren como si fueras el bicho raro de la familia cuando eres la más genuina.

—Ellos son así, no te enojes en vano porque vas a salir perdiendo —quise solucionar su enojo de ese modo, aunque noté que no estaba del todo convencido por mis palabras.

En la mesa nos miraron durante un largo tiempo y quise tratar de entender que estaba sucediendo. Hasta que finalmente vi a mi hermana y comprendí que estaba pasando. ¿Ella les había dicho sobre Thomas eligiéndome? Yo no tenía nada que ver, no podían meterse conmigo cuando era la decisión de una persona y al mismo tiempo, yo me había negado a tener algo con él. Era Thomas quien se había quedado sin el pan y sin la torta, yo tenía mi torta.

Lisa no lucía muy bien, pero tampoco lo estaría alguien que habría perdido un hijo. Así que mis familiares se imaginaban que todo ese circo era parte de un largo acto que parecía no tener fin. Todos sabían como era mi hermana, las películas que se armaba en su cabeza y aun así todos preferían amarla antes que a mi. Siempre había sido realista y todos preferían a la niña que vivía en cuentos de hadas. Pensaba que con el tiempo me había curado de ese enojo, pero eso demostraba que no, que no había terminado de odiar a mi hermana por sus comportamientos.

—Quiero hablarles antes de que las cosas se compliquen más —anunció y sentí como Nick se sentaba mejor, poniendo una mano en mi hombro, con su brazo en toda mi espalda. Casi como si estuviera diciéndole a Lisa que lo que había ahí era real, no como su relación con Thomas—. Ustedes son mi familia y quiero que lo sepan. Pero también espero que quede entre nosotros y que no lo sigan comentando.

Conté a las personas en la mesa y noté que estaban todos nuestros familiares, no los de Thomas. Levanté la mirada para buscarlos y me quedé sorprendida al comprender que Thomas estaba hablando con ellos en otra mesa. ¿Qué hacía él ahí? ¿Por qué no se habían ido? Miré a Lisa en busca de explicaciones y nuestras miradas se encontraron, demostrando que estaba viendo cada una de mis acciones.

—No hubo nunca bebe, fue un invento mío para retener a Thomas —nos explicó y me mostré sorprendida al escuchar finalmente una realidad en su boca de mentiras—. De hecho, no puedo tener hijos...

La sorpresa en mi familia llegó y fue como si les hubieran dicho algo terrible, una tragedia. Tal vez para ellos lo era, pero yo no podía entenderlo. Los miré ajena a todo sentimiento y traté de comprenderlos. No dije nada, porque podía ver en el rostro de mi madre un horror real. Les había dicho que los había engañado a todos, pero a ellos les ponía mal saber que no iban a tener descendencia. Realmente mi familia era hipócrita y Nick tenía razón.

—¿Por qué tuviste que retener a Thomas, Lisa? ¿Se quería ir? —preguntó mi padre con enojo en su voz, incapaz de creer que alguien no pudiera amar a su hija milagrosa. Cuando vi que Lisa me miraba fijamente comprendí lo que iba a hacer. Ahí mismo, me disparaba con sus dardos. La guerra había empezado para ella y yo no quería formar parte.

—Porque está enamorado de Allison.

Todos se giraron para observarme horrorizados, como si fuera la mala de la película y en un momento lo fui. Yo había llegado a ese lugar dispuesta a robarme al novio, pero había quedado realmente atrás eso y no podía creer que Lisa estuviera haciendo eso. La miré enfadada y por un momento pensé decir algo, pero no tuve la necesidad.

—Ese es un problema de Thomas, no de Allison, Lisa —dijo mi padre defendiendome de todo ese caos que me estaba cayendo encima.

—¿Eso crees? Lo siento, papá, pero Allison no es el alma bondadosa que tú crees que es. Todos lo sabemos aquí, ¿no? —les preguntó a los presentes que me miraban con real enojo como si realmente me hubiera robado al novio. Nick estaba por hablar, enfadado por la agresión, pero yo lo detuve con un pequeño apretón en su mano. No iba a dejar que se metiera en esa boca de lobos, yo me iba a hacer cargo. Me puse de pie, dispuesta a enfrentarla lo más tranquila que podía—. ¿Qué harás? ¿Mentirás? ¿No les vas a decir a todos que viniste a robarme al novio? Todos lo sabemos, Allison, por favor. Contrataste al stripper de mi despedida de soltera para que fuera tu novio perfecto y así despistarnos a todos.

—¿Cómo voy a robarme al novio que ya me has robado tú? —le cuestioné y por un momento mis familiares movieron la cabeza como si fuera un partido de tenis. Estaba cansada de fingir tranquilidad y que había cometido un error contratando a Nick. Era lo mejor que había hecho estos días—. ¿Te piensas que no sé qué fuiste a buscarlo y le ofreciste todo lo que yo no quería darle? ¡Thomas era mío! ¡Lo sedujiste incluso cuando estábamos juntos!

—¡Y él se dejó porque eres una mojigata aburrida! —me gritó enfadada y por un momento todos pudieron ver lo que realmente era Lisa—. Estaba cansado de ti y de tu maldita obsesión con el éxito, el dinero y tus logros. Era obvio que el chico iba a cansarse de esperarte. No soy la culpable de tu ruptura, Allison, ¡eres tú la que dejó morir la relación! ¡Aceptalo! Me dices a mí egoísta, pero no puedes ver que solo te miras al espejo.

Me levanté dispuesta a terminar con todo eso, cansada de sus tonterías y de su manera de ser. Para mi sorpresa, ella dio un paso hacia atrás con una sonrisa divertida en el rostro.

—El casamiento continua, a veces el amor es más grande que un romance de adolescencia.

Quiero robarme al novio [Terminada]Where stories live. Discover now