7.- Un gato sin sonrisa (2ª parte)

1.4K 137 27
                                    

-La verdad es que me cuesta creer lo que me estás contando.

-Como lo oyes, Beth, un chico completamente desmemoriado. Ni siquiera puede hablar.

Noah sopló su tazón de sopa mientras echaba un ojo a las lecturas que le indicaban que todo funcionaba correctamente.

-¿Quieres que avise a alguien? -preguntó la doctora a kilómetros de distancia.

-¿De qué serviría? -dijo el farero encogiéndose de hombros-. Nadie puede atravesar el mar con este temporal. Habrá que esperar al próximo claro y no sabemos cuándo sucederá eso.

-¿No será peligroso? No sé, no me siento muy segura sabiendo que tenéis a intruso en casa y solo estás tú y las niñas para defenderos.

-Alicia se enfadaría si supiera que la llamas niña -bromeó Noah-. Tranquila, Beth, de verdad. El chico da más pena que miedo. No sé cuántos años tendrá pero no puede tener más de dieciocho o diecinueve, es difícil de decir. Está muy delgado y tiene el pelo completamente blanco y no sé si eso le pone años o se los resta pero se hace confuso. Además, creo que es original. O al menos, eso parece.

-Podría ser un leónida -advirtió la doctora-. Si es así, podríais tener problemas si no tiene la pulsera inhibidora.

-No es leónida -negó Noah-. Sus ojos son raros pero no brillan en la oscuridad. Y son grandes pero no tanto como para ser óptimos, solo son... bonitos, supongo. Y azules, muy azules.

-De todas formas ten cuidado, ¿vale?

-No te preocupes tanto. Ya te lo he dicho: da más pena que miedo. Ahora mismo está devorando el estofado de Clara, lo que indica que estaba realmente muy hambriento. Efecto secundario de la hibernación, supongo.

-¿Cuánto tiempo crees que lleva allí abajo? -preguntó Beth.

-Pues como mínimo una semana, desde el último claro.

-¿Alicia siempre bucea en la misma zona?

-No, la verdad es que suele ir más cerca del arrecife, esta vez se quedó aquí porque el claro era demasiado corto y ella estaba demasiado desesperada. La verdad es que... -Noah dudó un momento-, puede que hiciera años que no se sumergía en aquella zona.

-Entonces, podría ser que el chico llevara años durmiendo. Quizá eso ha provocado algunas lesiones, la gente que despierta de un coma profundo, suele estar muy desorientada y tarda días en empezar a decir cosas con sentido. La verdad es que hablo de memoria y no soy óptima -se disculpó Beth-. No suelo encontrarme con casos así en este pueblo, intentaré investigar más para estar preparada cuando me traigas al chico. Y pensar que creía que yo te traía noticias importantes...

-¿Noticias importantes? -se extrañó Noah-. ¿Ha pasado algo?

-No puedo asegurar nada -dijo Beth haciéndose la interesante-, pero parece ser que ha aparecido un inversor interesado en abrir de nuevo la mina.

-Pero... ¡eso es genial! -exclamó.

-Bueno, por ahora solo está tanteando el terreno. Pero se ha instalado en la casa del Indiano y ha contratado a mucha gente del pueblo para arreglarla. Parece que piensa pasar bastante tiempo aquí así que eso me inspira buenas vibraciones. Creo que está interesado de verdad.

Nadie es perfectoWhere stories live. Discover now