59-Crisis existencial

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*Narra Dalia*

Las semanas fueron pasando, y nuestra rutina había cambiado un poco, mi padre ya llevaba varios días mucho mejor y con más movilidad, pero su pierna lo había dejado en cama casi dos meses.

En este tiempo pablo había pasado mucho tiempo en casa, y habíamos compartido mucho tiempo con mi padre, ellos habían hecho mucha rutina de tarde mientras yo estaba en la universidad, que hoy tendría mi último examen por cierto.

Y las mañanas mientras Pablo se iba a entrenar yo era la que estaba con el haciéndole compañía, por las noches habíamos quedado con pedri, aurora y leire varias veces, además de ferran, que el primer día que me vió esperó a tener la oportunidad de disculparse conmigo, y aunque al principio lo había hecho por educación, el valenciano se había ganado un hueco en mi corazoncito y habíamos cogido mucha confianza, dándome cuenta que no estaba en su mejor momento por el tema de su ex novia.

Los padres de Pablo tampoco habían dejado de estar pendiente de nosotros, y habíamos cenado todos juntos en mi casa varias veces.

Con pablo las cosas iban mucho más que bien, remábamos los dos en la misma dirección, y el había estado más que pendiente a mi padre dejándome a mi tiempo para estudiar mis exámenes, que me habían creado mucha ansiedad por el tiempo que falté a clase.

Estaba esperando que viniese a por mi, acaba mi último examen del año, aunque el tenía que coger un vuelo en unas horas porque tenia partido contra el Granada.

-¿Que tal el examen?-me preguntó nada más entrar al coche y yo sonreí posando un pico en sus labios.

-Súper bien, han caído casi todas las preguntas que repasamos anoche-le dije feliz y el sonrió poniendo su mano en mi muslo.

-Si es que tengo una niña muy muy lista...-murmuró feliz y yo entrelacé nuestras manos.

-Madre mia, por fin, ¡¡tercer año de carrera, acabado!!-dije haciendo un check con mis manos y el rió negando.

-¿Vas a ver el partido?

-Claro, lo veré con leire en casa-le dije y el asintió, cada vez que había partido, mi amiga y yo habíamos cogido la rutina de verlo juntas.

-Cuando vuelva, eres mía todo el finde-me dijo alzando las cejas y yo sonreí.

-¿Y eso porqué?-le pregunté haciéndome la tonta, aunque lo sabía perfectamente.

-Porque el domingo hace seis meses que te pedí salir, y me apetece hacer algo especial y solos-me dijo alzando una ceja.

-Ya lo sabía, tonto-dije dejando un beso en su mejilla.

Aparcamos en la puerta de casa, y al abrir encontramos a papá poniendo la mesa.

-He hecho la comida, para que a Gavi le de tiempo a comer antes de irse-explicó y yo sonreí, porque la relación de ambos se había vuelto mucho más cercana, y me encantaba que las personas más importantes de mi vida se llevasen bien.

-Muchas gracias Manuel, no hacia falta aún tienes que descansar esa pierna-le dijo Gavi y mi padre negó quitándole importancia.

Comimos, y no hubo tiempo para mucho más, Gavi subió a por sus cosas y después de despedirse de mi padre con la mano lo acompañé hasta la puerta y dejé un beso en sus labios.

-El de la suerte-dije separándome de él y sonrió dejando un pico rápido en mis labios.

-Mi suerte eres tú, preciosa-me dijo y salió de casa para entrar en su coche.

Me quedé toda la tarde con papá viendo la tele, y por la noche había quedado con leire y Aurora en casa de leire.

-¡Por fin!-dijo mi cuñada abriéndome la puerta, llegaba un poquito tarde.

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIWhere stories live. Discover now