MARATÓN 4/4: 72-mimarte mucho

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*Gavi*

-Se qué no entraba en nuestros planes-explicó nerviosa y la paré antes de que siguiese hablando.

-Dalia, es la mejor noticia que me han dado en toda mi vida-dije ya soltando una sonrisa, y ella pasó de estar más que sería a sonreír también.

-¿De verdad?¿lo dices enserio?-me preguntó y yo asentí emocionado.

Fue ella la que se lanzó a mi dándome un abrazo que correspondí al segundo, la estruje contra mi como nunca lo había hecho, porque ahora sí que le había visto las orejas al lobo y por fin todo parecía haberse solucionado.

Se separó quedándose a centímetros de mi, y fui yo quien acortó la distancia entre ambos notando sus labios después de tantos días sin ellos.

Nos separamos a los pocos minutos por falta de aire, y nos quedamos sonriendonos el uno al otro desde muy cerca.

-¿Puedo?-pregunté dirigiendo mis ojos a su abdomen y ella asintió sonriendo.

Levanté la camiseta de su pijama y posé mi mano sobre su abdomen, seguía casi igual que antes, aunque si que se notaba algo abultado, aunque era casi nada.

Me agaché dejando un beso en él y ella rió acariciando mi pelo.

-Mira ven, tengo que seguir contándote-me dijo y yo sonreí asintiendo.

Me puse detrás de ella dejando que apoyase su espalda en mi pecho y posé mis manos sobre su abdomen sin dejar de dejar caricias sobre mis hijos.

Cogió la ecografia entre sus manos y levantó la cabeza mirándome.

-Este es tu hijo-me dijo señalandome un bultito y yo asentí sonriendo, me iba a decir que eran dos.

-Ya lo quiero con todo mi ser y me acabo de enterar-le dije haciendo que ella soltase una risa.

-Espera, es que este otro también es tu hijo-me dijo poniéndo su dedo encima del otro y yo me hice el sorprendido una vez más, se lo debía a leire.

-¿Qué? ¿¡Son dos?!-le pregunté con una sonrisa en mi cara y ella asintió sonriendo también.

-Vaya puntería eh, menos mal que acababas fuera-me dijo irónica y yo reí-Ya había escuchado yo la frase de que antes de llover chispea-me dijo alzando las cejas.

-Joder chispea, pero no caen chuzos de punta, amor que he dado en el clavo de lleno, ¡que son dos!-le dije riendo y ella soltó una risa asintiendo mientras dejaba sus manos sobre las mías.

-Si, son dos cositas preciosas-me dijo con una sonrisa y yo besé su mejilla.

-Preciosas como su madre-recalqué y ella se encogió de hombros-al menos los mareos son por una buena causa, ¿no?-ella asintió haciendo una mueca.

-Si, pero es horrible, todo me da náuseas, sobre todo por la mañana, y el tema de la tensión baja tampoco es bueno para ellos...-me dijo poniéndose más seria y yo asentí.

-A partir de ahora, reposo eh, te lo digo enserio, ahora de verdad somos una familia y tú llevas a los integrantes más importantes dentro de ti, eres la encargada de cuidarlos más que nadie, déjate mimar y consentir por una vez-le pedí y ella asintió despacio.

-Te prometo que si, lo voy a hacer por ellos, no quiero tener ningún susto-me dijo y yo sonreí acercándome a su abdomen.

La tumbé y bajé a la altura de él llenándoselo de besos.

-Papá está aquí, enanos-dije con cariño y ella acarició mi pelo sonriendo.

-No sabes lo que te he necesitado-murmuró con la voz algo quebrada.

No podía imaginar como habría estado después de tener que pasar por todo sola, y pensado cosas horribles después de lo que solté por mi boca.

-Lo siento, mi vida, te prometo que voy a estar ahí siempre-dije acercándome a su boca y ella asintió.

Dejó un beso suave en mis labios y sonreí al separarme con la mano en su abdomen.

-Te amo-murmuré encima de sus labios y sonrió.

-Yo también te amo, pablo-me dijo mientras yo negaba con una sonrisa volviendo a sus labios.

Los había echado tanto de menos, los suaves que era, y ese sabor a fresa que siempre tenían, que se le pusiera la piel de gallina al tocarla, la sonrisa que se le formaba cuando le decía cualquier tontería, todo, había echado de menos todo de ella.

Le dió un escalofrio cuando vino una racha de viento, y me separé de ella.

-Vámonos a la cama, haber si te vas a resfriar-le dije y ella asintió levantándose.

No la dejé dar más de dos pasos cuando la cogí en volandas.

-Puedo andar eh-me dijo soltando una risa.

-Lo sé, pero me has dicho que ibas a dejarme mimarte mucho, asique no me rechistes-le dije y ella sonrió apoyándose en mi pecho.

La dejé sobre la cama tumbandome a su lado y la rodee con mis brazos dejado la mano en su abdomen.

-¿de cuanto estamos?-Le pregunté y ella sonrió.

-De ocho semanas-me dijo y yo asentí.

-¿y cuantas son?

-Son cuarenta, pablo-me dijo y yo abrí los ojos.

-¿Cuarenta? No puedo esperar, ¡quiero que salgan ya!-le dije sonriendo y ella soltó una risa.

-Ojalá pudieran salir ya, me voy a poner más gorda que un pez globo, y encima de dos-me dijo y yo sonreí hundiendo la cabeza en su cuello y dejando un beso en él.

-Vas a estar preciosa-le aseguré-¿Sabes que llevo días viéndote preciosa? Creo que ahora he descubierto porque lo estás, el embarazo te hace estar espectacular-le dije y ella se giró en mi dirección.

-¿lo dices enserio?-asentí-eres lo mejor que tengo-dijo abrazándose a mi cuerpo y yo la estrujé con cuidado.

-Vosotros sois lo mejor que yo tengo-le dije dejando un beso en su frente.

Seguimos hablando de los bebés, contándome como había estado estos días, y poco a poco se fue quedando dormida apoyada sobre mi, y yo no tardé nada en imitarla y dormirme mientras dejaba mi mano en su abdomen, queriéndome sentir cerquita de mis niños...

(CONTINUARÁ....)

Y con este...¡acabamos el 2023!

Muchas gracias a todos los que leéis, votáis y comentáis a diario, espero seguir enamorando corazones con mis historias en el 2024

Feliz año a todos❤️, sois mi familia wattpad🥰❤️

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIWhere stories live. Discover now