88-De camino

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*Gavi*

La barriguita de Dalia empezó a crecer casi que por dia, y con mi vuelta a los partidos, el cole de Dylan y que mi novia se dedicaba a acabar su año de universidad desde casa los meses iban pasando volando, pero los dos disfrutamos muchísimo del proceso.

Los antojos, me encantaba que los tuviera, porque me encantaba la sonrisa que se formaba en su rostro cuando llegaba a casa con lo que sea que quisiera de sorpresa.

Cada día estaba más guapa, aunque los siete meses de embarazada la tenían un poco irritada. Estaba súper gordita y aunque ella decía que estaba fea, yo cada día la veía más guapa, cosas de la vida.

La fase del sueño le podía, y es verdad que se cansaba rápido, pero es que entre las horas que se pasaba estudiando y después el tiempo que le dedicada a Dylan y la casa, demasiado, aunque yo siempre trataba de tenerlo todo como a ella le gustaba para que no se estresara.

Había ido a entrenar y cuando llegué a casa Dalia estaba haciendo la cena y Dylan pintando en el salón.

-Hola campeón-le dije dejando un beso en su cabeza.

-Hola, Gavi-me dijo sonriendo para seguir a lo suyo.

Dalia estaba con un pijama calentito puesto, pero con el tamaño de su barriguita se le levantaba la camiseta y sonreí acercándome a ella.

-Hola, mi amorr-dije recalcando la última r mientras la abrazaba por detrás y ella sonrió.

-¿Qué tal el entreno?

-Bien, como siempre, ¿Qué tal tu tarde?

-Bien, hemos estado en casa, hace mal día para sacar al niño-me dijo y yo asentí, llevaba lloviendo todo el día.

Mientras hablábamos un poco de todo, y me regañaba porque se me había olvidado comprarle una cartulina a Dylan, terminamos de hacer la cena.

Jolín es que el cole solo pedía tonterías, ahora mañana me tocaría madrugar más para ir a comprar una cartulina.

Pusimos la mesa llamando al pequeño, y mientras ella apartaba la comida para ambos yo le corté los filetes de pollo al pequeñín.

-Gracias-me dijo llevándoselo a la boca y yo dejé un beso en su pelo.

Era muy educado, y los meses que llevaba viviendo con nosotros no nos había dado ningún problema, todo lo contrario.

Después ella subió a dormir al pequeñín mientras yo dejaba la cocina y el comedor recogidos, sino sabría que ella se despertaría por la mañana y se agobiaria.

Cuando subí, estaba acariciando el pelo del pequeño y giró la cabeza a mi dirección, arropó a dylan bien y salió de la habitación.

En cuanto nos tumbamos en la cama me hice hueco entre sus piernas para besar y acariciar su barriguita, se había vuelto rutina de todas las noches hacerlo.

-¿los has notado?-le pregunté emocionado levantando la cabeza y ella asintió sonriendo mientras jugaba con mi flequillo.
Los bebés se habían movido y siempre me encantaba notarlos.

-Estoy agotada,necesito parir ya-me dijo soltando un suspiro.

Sabía que ella estaba agobiada, por eso intentaba que estuviese todo a su gusto más que nunca, entendía que no tenía que ser fácil cargar a dos bebés dentro de ti, pero en el fondo a mi me estaba encantado todo lo que estábamos viviendo.

Como creía su barriguita, nuevos antojos, las eco donde se veían los bebés, las primeras pataditas..

-Ya queda poco, mi vida-le aseguré-Pronto leo y Vicky van a estar aquí con nosotros-murmuré y ella asintió respirando hondo.

Esos iban a ser el nombre de nuestros hijos, victoria y Leo.

Creo que mi hermana casi le llora a Dalia para que el nombre de mi hija fuese victoria, explicandonos que habiamos ganado todas las batallas que la vida nos habia puesto para no estar juntos, y como a nosotros no nos disgustó la idea, decidimos ponerle ese.

Y como aurora había 'elegido' el de la nena, pues Dylan fue el que nos ayudó a elegir el del niño, hubo varios sobre la mesa, pero en cuanto escuché leo, el nombre de mi ídolo del fútbol supe que quería que mi hijo se llamase así, y Dalia no puso ningún impedimento.

Durante la noche la escuché quejarse varias veces y buscar la postura más cómoda, los bebés ya casi que no cabían ahí dentro, de hecho estábamos a punto de entrar en unos días en el octavo mes, y nos habían dicho que seguramente sería un parto prematuro al ser dos, asique por la mañana mientras yo preparaba a Dylan para el cole ella se dedicó a darse un bañito relajado, que es lo que le pedí que hiciese.

-Amor, vengo en nada-le dije y ella asintió metiéndose en la ducha.

Pasamos por la papelería para comprar varias cartulinas, una para el cole, y otras para dejar de emergencia en casa.

Dejé a Dylan en el colegio después de pasarme todo el camino jugando al veo veo con el y quise parar a comprarle bombones a Dalia antes de llegar a casa, por la noche que la pobre había pasado

Le compré unos Ferrero y me monté en el coche de nuevo dándome cuenta que me estaba llamando.

-Amor, ya voy de camino-le dije.

-Si, pues date prisa, porque tus hijos también están de camino, acabo de romper aguas-me dijo de lo más calmadas y yo abrí los ojos sorprendido.

-¿¡Qué?!¡Voy!-dije pisando el acelerador.

-Pablo no corras con el coche, quiero que llegues pronto, pero sobre todo vivo-me pidió y no sabía como podía estar tan calmada si yo estaba de los nervios-estate tranquilo amor, las contracciones son cada 8 minutos...

(CONTINUARÁ..)


Mañana la historia llega a su fin, 100%,  creo que serán dos capítulos, pero aún no lo sé❤️

Os leo!

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora